La creación de «un mundo siniestro»

Emilio Bueso: el terror (literario) como oficio

El escritor castellonense publica Naturaleza muerta, una novela ambientada en una zona de marjal en la que envuelve al lector en una atmósfera opresiva y malsana a lo largo de sus páginas y que supone, además, su ‘fichaje’ por un sello histórico como es Ediciones B

Emilio Bueso regresa a sus orígenes como escritor brindando al lector buenas dosis de terror.

Emilio Bueso regresa a sus orígenes como escritor brindando al lector buenas dosis de terror. / Erik Pradas

Eric Gras

Eric Gras

«Más de una vez me han preguntado si me pasó algo de pequeño o si me hicieron algo para desarrollar estas historias», confiesa Emilio Bueso al poco de comenzar nuestra charla sobre su última novela, Naturaleza muerta (Ediciones B). 

El escritor castellonense, que regresa con esta obra a lo que mejor sabe hacer, es decir, explorar los oscuros recovecos de la psique humana y mantenerse firme en su compromiso con la narrativa de miedo –tras una pausa de casi diez años en la que publicó su célebre trilogía fantástica Los Ojos Bizcos del Sol (Gigamesh)–, brinda al lector una buena dosis de tensión creciente, atmósfera opresiva y un final pirotécnico en esta historia que ambienta en una zona pantanosa, una marjal que bien podría ser la marjalería de Castelló, y en la que presenta a una protagonista que poco tardamos en comprender que no es un narrador confiable. ¿Por qué razón? ¿Qué es lo que le ocurre a Claudia Carbonell?

Bueso presenta a una mujer que huye de su anterior vida y decide retirarse a una apartada alquería, una casa un tanto desvencijada en medio de la nada y rodeada de una serie de personajes a cual más extraño o variopinto –según se mire–. En cierto sentido, lo que busca Claudia es recomponerse, y en cierto sentido, el autor castellonense también ha regresado al terror para reencontrarse a sí mismo tras un periodo que, en lo personal, ha sido, nos dice, algo complicado. 

‘Fichaje’ por un gran grupo

Una de las grandes novedades de Naturaleza muerta es el sello en el que aparece publicada: Ediciones B. Bueso, tras mantenerse «apartado» de los grandes grupos editoriales, como es el de Penguin Random House, al que pertenece ahora la histórica editorial, finalmente decidió que era hora de virar el rumbo en su trayectoria profesional. Parte de la «culpa» de que esto haya sido así la tiene su editora, Clara Rasero, «que parecía tener claro lo que había que hacer y con la que conecté rápidamente», asegura, al tiempo que habla de sus reticencias primigenias con respecto a las grandes corporaciones: «Los grandes grupos quieren un libro que se venda solo. Muy a menudo esto es lo que te encuentras y la gente sale escaldada. De mí se esperará que venda una salvajada del nivel de Stephen King y, claro, qué ocurre, que el lector si una determinada obra viene avalada por Netflix o por Prime Video la recibe con los brazos abiertos, mientras que si la hace un tío de Castellón, arruga el morro». Quizá tenga parte de razón, o quizá no, teniendo en cuenta que ya es un autor consolidado, siendo, para muchos, el referente absoluto de la literatura de terror y uno de los grandes en el género de la ciencia ficción y la fantasía como lo ha venido demostrando con títulos como Diástole, Cenital, Noche cerrada, Esta noche arderá el cielo o la ya citada trilogía Los Ojos Bizcos del Sol

La nueva novela del castellonense está situada en una marjaleria que podría ser la de Castelló.

La nueva novela del castellonense está situada en una marjaleria que podría ser la de Castelló. / Erik Pradas

Precisamente, el lector devoto de Bueso encontrará en Naturaleza muerta aspectos ya familiares de sus anteriores novelas. Él mismo lo confiesa: «De alguna forma, en esta novela he terminado aglutinando la prosa que hago en Esta noche arderá el cielo, los ambientes góticos y cerrados, esa poesía rusa que hay en Diástole, el rollo neorruralista antisistema de Cenital o la cuestión localista en plan terror clásico atmosférico de Noche Cerrada» . Y prosigue: «He juntado un montón de piezas y, de alguna manera, he conseguido repararme y ponerme de nuevo en marcha; de ahí que haya vuelto un poco a los orígenes, con una prosa muy ágil, muy rápida, y con una trama que no se resuelve hasta un final que es, ya lo avanzo, explosivo, la traca valenciana marca de la casa».

Documentación

Para ensamblar esta historia en la que uno se encuentra con un «asilo de almas», Emilio Bueso ha rebuscado, por un lado, en sus propios miedos y, por otro, en una serie de leyendas propias de distintos folclores, ya sea el eslavo o japonés, con un claro objetivo para con el lector:crear un libro «en el que le abras las puertas del infierno de par en par y le arrojes dentro, llevarlo a un sitio donde nunca ha estado y donde no iría ni atado».

«Para qué quiero hacer una histórica o una romántica si puedo trabajar con la pólvora más inestable que hay»

«Ese es tu trabajo», dice, siendo consciente de que «trabajar el miedo como tal puede estar muy denostado por la crítica, pero la dificultad que tiene es atroz». ¿Por qué motivo? «Porque yo no tengo el apoyo sensorial que tiene un cineasta que te mete una cuña de sonido, una estridencia, un violín chirriando, mientras estás en una sala en la que no puedes salir durante dos horas. Yo dependo únicamente del lenguaje», advierte el castellonense.

Siendo como es, él mismo lo asegura, un autor que no visualiza sus propios trabajos, sino que los verbaliza, trabajar una historia como la que ahora presenta, donde debe ir atornillando cada uno de los elementos para que el engranaje sea perfecto logrando captar la atención de lector en todo momento, no es nada fácil, no debe serlo, puesto que en ella amalgama distintos mitos además de referencias a la obra de un icono como Lovecraft. «Al final, quieres hacer tuyo, o aunar en un mismo discurso, un montón de historias de miedo que, en apariencia, son distintas y dispersas pero: ¿y si todo fuera una misma cosa?», destaca, para añadir a continuación: «Es muy frecuente encontrarte con mitos disjuntos que no comparten raíces culturales pero que han acabado cogiendo la misma forma. ¿Esto por qué sucede? No lo sabemos. Puede ser simplemente coincidencia, pero ahí es donde yo trabajo. Con eso acabo forjando un discurso que te lleva al delirio que busco en mi trabajo». 

A lo largo de estas páginas, el lector se encuentra con el Gato Bajun, Baba Yagá, Will o‘the Wisp o fuegos fatuos, hitodamas, rayos globulares... «He buscado distintos elementos para irlos integrando y formar una historia de brujas con una perspectiva que yo he intentado que sea fresca y que aporte puntos de origen transgresivos», asegura Bueso. «La gente ha oído hablar de Baba Yagá un montón de veces, es un tótem recurrente en la mitología eslava, pero cuando empiezas a conectarlo con distintas cosas y distintos ambientes, y te fijas en los que tienes aquí, y lo vas uniendo todo, es cuando poco a poco la historia va cobrando», matiza el autor. 

Proceso creativo

A pesar de que todo pueda parecer que está perfectamente estudiado, nada más lejos. «Hay gente que piensa que un autor de mi perfil, lo que hace es planificar toda la historia a conciencia, y no. Yo hay un momento en el que me dejo llevar, en que la historia va cobrando forma por sí sola. Por simple fricción, el escenario, los personajes, cobran vida. Tú puedes prever cómo será el estallido final de cada uno, cómo acabará reaccionando tal o cual personaje, pero poco a poco el autor se aparta, y el pifostio que has armado va por sí solo cogiendo forma hasta que peta». 

«Ya no es solo que tus miedos te mantienen vivo, es que te definen. Tú eres tus miedos»

Efectivamente, cuando uno se adentra en la lectura de Naturaleza muerta, no sabe muy bien a dónde va, con qué horror se va a encontrar. «Esa sensación es algo muy funcional en el discurso de la literatura de terror moderna», explica Bueso, «porque terminas llevando al lector a un sitio donde nunca habría llegado de otra forma. Terminas transportándole a una historia que no se habría podido ni imaginar, que ni siquiera vio venir porque, entre otras cosas, tú tampoco», comenta el escritor. «A veces te sorprendes a ti mismo –prosigue–, lo cual es bueno porque has de pensar que si el autor no se divierte, nadie lo va a hacer, si no se sorprende, nadie lo va a hacer, y si no pasa miedo, nadie va a pasar miedo».

Portada de 'Naturaleza muerta' (Ediciones B), de Emilio Bueso.

Portada de 'Naturaleza muerta' (Ediciones B), de Emilio Bueso. / EDICIONES B

Así, Bueso trabaja primero con la autosugestión y luego con la sugestión. «Esos procesos son los que me han puesto a trabajar a lo largo de estos 18 años», confiesa el autor de este thriller, en el sentido de que hay una parte de misterio e intriga, que muchas personas quizá lean como un drama psiquiátrico, pero siempre, siempre con ese miedo acechando a cada página.

El miedo

Para el escritor castellonense, «ya no es solo que tus miedos te mantienen vivo, es que te definen. Tú eres tus miedos». Y recalca: «No hay nada que te limite tanto como tus miedos, y definir una cosa es limitarla, con lo cual, realmente te defines por hasta dónde eres capaz de llegar en cada momento con cada cosa. Ese eres tú, como sujeto».

Lo cierto es que «las sociedades, a la hora de construir sistemas políticos y religiones también se cimentan en el miedo», reflexiona Bueso, quien se pregunta: «Entonces, para qué quiero hacer una histórica o una romántica si puedo trabajar con la pólvora más inestable que hay. Quiero decir, para mí aquí es donde está la acción». 

El terror (literario) como oficio. «Seguiré haciéndolo muchos años más», asegura.