En l’Alcora les entra la risa floja cuando les viene a la mente el factor de proximidad geográfica que tenía, o debía, imperar en el sorteo de la ronda previa de la Copa del Rey. Y es que el conjunto de la capital de l’Alcalatén deberá recorrer 883 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, los que separan la localidad castellonense de la población norteafricana de Ceuta para enfrentarse al Ceuta 6 de Junio.
El desplazamiento representa una odisea por el largo viaje además de lo que ello supone, puesto que habrá futbolistas que no podrán acometerlo debido a cuestiones laborales, pues cabe destacar que se trata de equipos no profesionales, a los que a menudo ya les cuesta cuadrar partidos entre semana ante rivales provinciales.
Sea como fuere, L’Alcora se cita con la historia: no en vano, los rojillos tienen a solo 90 minutos poder disputar, por primera vez, una edición de la Copa del Rey, además de tener con ello la seguridad de medirse a un contrincante de Primera División (el premio gordo serían el Atlético, Sevilla, Villarreal o Real Sociedad).
Para alcanzar este sueño, la expedición desplazada a Ceuta salió este martes cogiendo un AVE desde València para llegar a Sevilla (transbordo en Madrid), un trayecto de más de cuatro horas.
Desde la capital de Andalucía, técnicos y jugadores se subieron a un autobús hasta Algeciras, ya en la provincia de Cádiz. Este desplazamiento duraría alrededor dos horas y, una vez allí, la expedición afrontó la recta final del viaje en ferri para cruzar el estrecho de Gibraltar (este último tramo del viaje será una hora más).
Un costoso y larguísimo desplazamiento que el equipo deberá hacer de nuevo a la inversa en su camino de vuelta a tierras castellonenses; eso sí, con alguna variación. El jueves por la mañana, L’Alcora regresará de Ceuta a territorio peninsular de nuevo con ferri, hasta Algeciras de nuevo, para volver a Sevilla en autocar. Pero en esta ocasión, el retorno desde la capital andaluza será vía aérea, con un vuelo directo a Castellón.
Una auténtica paliza de viaje por un sueño para el recuerdo, el de disputar un encuentro oficial ante un equipo de Primera División. Bien con la alegría por la victoria o con la desilusión por haberse quedado a las puertas de alcanzar un hito histórico, para una población de l’Alcora que se prepara también con un día festivo.
