Música

"La canción del resto de nuestras vidas": así suena el himno del centenario del Celta en el videoclip de C. Tangana

El Celta y C.Tangana presentan el himno del Centenario y su impactante vídeo en un acto rebosante de emoción y de exaltación del celtismo como pocas veces se ha visto

El artista, al borde del llanto en más de un momento, relató su relación de amor con el club

C. Tangana con los jugadores del Celta.

C. Tangana con los jugadores del Celta. / Ricardo Grobas

Juan Carlos Álvarez

Hay un momento de la presentación de “Oliveira dos cen anos” especialmente conmovedor. En el escenario se abrazan los dos Antón Alvarez, emocionados, con los ojos llenos de lágrimas. Un gesto lleno de cariño, pero también de infinita gratitud. El hijo, C.Tangana, agradece al padre que entre tantas cosas le haya transmitido el cariño a unos colores, el amor a un club como el Celta. El padre da las gracias a su hijo por ese regalo, por ese himno cargado de simbolismo, de verdad, de esas raíces de las que tuvo que despegarse cuando hace muchos años decidió buscarse la vida en Madrid. Se abrazan y lloran.

Porque ese himno que ya resuena en la cabeza de los aficionados explica tantas cosas de su vida. El artista lo detalla poco después, durante una pequeña charla junto a Manuel Villanueva, Alicia Barreiro y el mismo Iago Aspas: “Entre dos hombres a quienes se nos da regular decirnos los sentimientos, para mí es rendir homenaje a lo que mi padre me ha dado, a su tierra, a su idioma, a su ciudad. Todo eso es mío de alguna forma y es mi manera de decírselo a él y al mundo”.

Fue tal vez el momento más intenso de un acto rebosante de emoción con el que el Celta presentó en sociedad el himno del Centenario y el descomunal vídeo compuesto y dirigido por C.Tangana con la colaboración de un brillante equipo en el que se mezclaron los colaboradores habituales del madrileño con un puñado de artistas gallegos a quienes Antón Alvarez coordinó en una composición que reúne el sentimiento del Celta con la música tradicional gallega, la cultura de la tierra, la lengua, las raíces y el paisaje. Un homenaje que él se hace, que hace a su padre, pero que por encima de todo hace a un equipo y a sus aficionados.

Aquello que comenzó con un inofensivo “¿Me dejáis intentarlo?” que colgó en Twitter, y que ayer confesó era poco más que una broma, desembocó en un proceso creativo de primer nivel que puso su broche de oro en la presentación de anoche, después de una intensa producción que implicó al grupo de trabajo de C.Tangana y a grupos locales de cuya cultura se empapó para dar sentido y contenido a la obra.

C. Tangana: "Para mí ser del Celta era un acto subversivo"

Ya no quedan ni la sombra de aquellos recelos que despertó en un sector que le veía demasiado lejano de la cultura gallega e incluso etiquetaba de impostado su celtismo. Pucho, Antón Alvarez o C.Tangana si lo prefieren dejó claro que todo era infundado. Primero con su esfuerzo, con su talento para hacer un himno tan redondo y dirigir un vídeo con semejante fuerza; y después para hacer bandera de su celtismo.

Ayer lo explicó muy bien en el Teatro A Fundación: “Soy madrileño, estudié en un colegio de Carabanchel. Nadie tiraba las faltas como Mostovoi ni celebraba los goles haciendo la Gaviota. No fue nuevo que se dudara de mi celtismo. Para mí ser del Celta era un acto subversivo. He tenido que gritar que era del Celta todo el rato. Con el himno quería transmitir una forma de vivir el celtismo activa. Para mí es un acto de militancia, pasará con más clubes, pero este es el mío. Ser del Celta está muy guapo”.

La presentación, en la que ya desde el comienzo el artista aclaró que acabaría llorando (como así fue), fueron apareciendo por el escenario muchas de las personas que hicieron posible el himno y que trabajaron de su mano. Especialmente interesante fue la pequeña charla en la que intervinieron sus tres colaboradores habituales (Alizzz, Pablopablo y Harto Rodríguez) con Xisco Feijoo, Sime (Keltoi), Tamara (Lagharteiras), Carmen (Escola Municipal de Vigo de Música Folk e Tradicional) y el director de la Coral Casablanca.

Todos relataron el proceso creativo, la generosidad de C.Tangana, sus ganas de aprender, de hacer una obra “colosal” (palabras del propio autor) y también fue momento de reconocer errores y lo malos que son los prejuicios. Lo contó el cantante de Keltoi, que reconoció que al principio creía que el artista les buscaba como coartada, “para blanquear el tema”, dijo, pero que finalmente les demostró que estaban equivocados.

Pero además hubo tiempo para escuchar a Alicia Barreira, la socio número uno que reconoció su sufrimiento en busca de la permanencia porque “no quería irme del mundo con el Celta en Segunda”; a Iago Aspas, que en un ejercicio de honestidad dijo que “para hacer lo que hizo en el último partido ante el Barcelona...” podía haber estado la noche anterior grabando el vídeo porque no hubiera pasado nada; o a Manuel Villanueva, responsable de contenidos de Mediaset, que siempre que puede trata de colar al Celta en las series o películas que ponen en marcha.

Ya se sabe que los himnos, una vez compuestos, pertenecen a su gente. Y ahora es el celtismo el que lo hará suyo, el que lo cantará, el que lo querrá más o menos. A veces los himnos llegan solos, otras veces forzados y en ocasiones porque alguien tiene una idea genial. Este puede ser el caso de “Oliveira dos cen anos”. C.Tangana lo explicó cuando se refirió a por qué había decidido no cantar. Primero la broma, porque “todos los que están aquí lo hacen mejor”; luego la sentencia: “Porque este himno no es de nadie y no quiero que dentro de cien años se hable de quién lo hizo sino que pertenece al club. Que parezca que es de siempre, como el Celta”.