MotoGP

Acosta: "Aún no soy 'Superman', estoy a medio segundo de Bagnaia”

Dejó boquiabiertos a sus nuevos colegas, a los ingenieros y a la crítica

A 350 Km/h con Emilio Pérez de Rozas.

A 350 Km/h con Emilio Pérez de Rozas.

Emilio Pérez de Rozas

El titular de esta reseña debería haber sido: “Me lo estoy pasando de puta madre”. Así definió el murciano Pedro Acosta (GasGas), el flamante y precoz bicampeón del mundo de Moto3 (2021) y Moto2 (2023), sus seis días de ensayos (casi) consecutivos en el circuito de Sepang (Kuala Lumpur, Malasia), donde se citaron, por vez primera, todos los campeones del mundo en el bautizo de MotoGP. Y es que el ‘tiburón de Mazarrón’ tuvo tres días con los novatos y tres días con los buenos, buenos, de verdad.

Y él, Acosta, el Marc Márquez que viene, según los 1.200 habitantes del ‘paddock’, dejó boquiabiertos a sus nuevos colegas (“¡guau!, tiene una soltura, una seguridad y una determinación tremenda”, dijo Aleix Espargaró), a los ingenieros y a la crítica. Acosta estuvo siempre entre los 10 mejores y, al final, acabó a poco más de medio segundo (0.620) del mejor crono que protagonizó el bicampeón ‘Pecco’ Bagnaia.

El mejor Acosta

“Sí, es verdad, para estar ahí arriba con todos estos monstruos hay que correr. Y mucho. Reconozco que los tiempos son muy buenos. Reconozco que mi progresión y mi ritmo, que son las dos variables más importantes, mucho más que un crono suelto, son muy, muy, buenos, pero aún no soy ‘Superman’. Ese medio segundo larguito que me saca el mejor es el más difícil de restar. Pero ahí estamos, peleándolo”, comentó un Acosta, que, con tan solo 19 años, no tiene nada que ver con aquel niño atrevido que, al bajar de la KTM de Moto3, decía “me he cagado en los pantalones” tras salvar una caída.

Es cierto que sigue hablando con soltura, con tremenda soltura, incluso con un inglés muy, muy, mejorado. Es cierto que sigue soltando lo que le viene en gana. Pero, ahora, se da cuenta al milímetro que “eso no se puede decir”. Es por ello que sería hacerle una (pequeña) traición titular esta pieza con la frase que utilizó, con la boca pequeña, casi en silencio, para definir su estado durante esos seis días “interminables” de ensayos en Sepang. “Pero, sí, ¿lo digo?: me lo estoy pasando de puta madre”.

“Lo de Acosta, al menos para mí que trabajé durante dos años maravillosos con Marc Márquez, en el 2008 y 2009”, dice uno de los jefazos de KTM MotoGP, “estaba anunciado, no era difícil de pronosticar. No solo es muy bueno, no solo es muy veloz, mucho, sino que tiene un tacto privilegiado y una capacidad de explicar sus sensaciones extraordinarias. Esto último es lo que diferencia a los pilotos buenos, buenos, de los campeones. Bueno, eso y que los campeones, cuando toca, se comportan como campeones. Y, sí, yo puedo decirlo: Pedro tiene muchas cosas del Marc precoz”.

No es fácil llegar a MotoGP y disparar las alarmas. “Yo he visto jóvenes tan talentosos o más que Marc o Pedro, pero carentes de la determinación de aprender y, sobre todo, incapaces de transmitir a su ingeniero por qué son veloces y qué sensaciones tienen sobre la moto. Sin esa información, es imposible progresar. Aquí, si te paradas, te pasan por encima”, señala uno de los técnicos de una de las fábricas de suspensiones del Mundial.

"Cuando subí a Moto2, las expectativas eran tremendas y me metí un tortazo de narices, me caí de un tercer piso, así que, ahora, poco a poco"

Pedro Acosta

— Piloto del equipo GasGas de MotoGP

“Lo que ha hecho Pedro en este test es admirable y todos sabíamos que iba a ser así. Yo no tenía duda alguna”, comenta Marc Márquez, que siempre ha mostrado admiración por la precocidad y el estilo de Acosta. “Incluso por su desparpajo”, añade el ocho veces campeón del mundo. “Yo agradezco, y mucho, todos los elogios, pero esto aún no ha empezado. Hay que verme en plena batalla, en un fin de semana de GP, con todas estas fieras peleando por meterse en las dos primeras filas de la parrilla. Ahí me quiero ver”.

El ‘tiburón de Mazarrón’ lo tiene clarísimo, cristalino, transparente. “Es verdad que aquí, en Sepang, todo el mundo lo ha dado todo en momentos determinados y que mi tiempo es muy bueno, pero a 0.6 del ‘poleman’, sales en la cola de la parrilla. En último GP de Valencia, entre el primero y el último de MotoGP, había solo un segundo. Aquí todos van a saco, a ‘full’, aquí no te puedes dormir ni un segundo”.

Acosta, que ha tenido una pretemporada extraña (“me operé el 5 de diciembre para extraerme el clavo del fémur izquiero y no pude empezar a entrenarme hasta Navidad”), ha ganado cuatro kilos de peso “e iría bien que, de aquí al verano, cogiese algún kilo más, pero no hay prisa”. En seis días ha hecho 1.300 kilómetros. “Una locura, me sé el circuito de memoria. Hubo un día que le dije a mi equipo que lo haría al revés, para cambiar”. Y se parte de risa. Una risa, como la de Marc, sí, auténtica, original, marca de la casa.

Aprender cada día

Al ‘tiburón’ se le ve feliz, muy feliz. Se sabe bajo la lupa de todo el Mundial. Es más, KTM sabe que, si le falla el surafricano Brad Binder en los próximos dos años, luego llegará Acosta y les regalará el Mundial que llevan persiguiendo con su enorme poderío. Por descontado que el murciano no quiere hablar de su papel, ni presente, ni futuro. “Mira, cuando di el salto a Moto2, me cree muchísimas expectativas y me metí un tortazo de cuidado ¡me caí de cabeza desde un tercero piso! Así que nada de soñar”. De momento.

“Todo lo que venga, bueno será. Incluso los errores, los fallos, las caídas, las decepciones. De todo se aprende, todo es experiencia, todo te hace crecer. Lo importante es no dar pasos atrás. Crecer, progresar poco a poco. Aprender cada día. Estoy en el sitio y con la marca adecuada”, comenta el piloto murciano, que, junto a la revolucionaria, llamativa y muy esperada aparición de MM93 sobre una Ducati, ha sido el gran protagonista de los tres primeros días del 2024 en MotoGP.