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Reportaje

El consumo va al ralentí y la cosecha se exporta

Pese al tímido repunte de la producción, el gasto de las familias en alimentación ecológica es de los más bajos. No obstante, el público es fiel

Hay modas que son efímeras y otras que llegan para quedarse. Y este último es el caso de la alimentación ecológica, que día a día va ganando adeptos y en la actualidad representa un nicho de mercado con un gran potencial de crecimiento en el presente y en el futuro inmediato.

Aunque las previsiones son buenas, el consumo de productos ecológicos va al ralentí, tanto en Castellón como en el conjunto nacional. Y aquí surge una extraña paradoja: España es el principal productor de Europa, pero la realidad es que más de dos tercios se exporta, principalmente a Europa (Francia, Alemania, Inglaterra, Suiza...), y además el consumo interno es mínimo y muy inferior a otros países vecinos, pese al avance que ha experimentado incluso en estos tiempos de crisis.

Pese a que el consumo es todavía minoritario, los productos ecológicos tienen un público fiel. Y en establecimientos como Un altre món lo saben muy bien, como también lo atestigua el hecho de que los supermercados dedican cada vez más espacio a la venta de productos ecológicos. «Este tipo de alimentos suelen ser más caros y aún así tienen su público, pero no es masivo», apuntan en varias tiendas.

MENÚS ESCOLARES NATURALES //

Tiendas que venden alimentos cien por cien naturales y empresas que apuestan por menús escolares ecológicos y sostenibles. Cuinatur, una compañía de Castellón, confecciona menús para niños de entre 3 y 12 años a base de productos frescos procedentes de huertos ecológicos, ganaderías o lonjas de pescado de la provincia. La empresa ya está presente en una veintena de centros de la provincia, un modelo que ahora el Consell quiere exportar.

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