La vieja central térmica, todo un referente en el paisaje tradicional de la Plana y su entorno, dejará de delimitar el skyline marítimo de la provincia a finales de año. Iberdrola avanza a grandes pasos en el desmantelamiento de la planta y antes de que acabe el presente 2010 tiene previsto haber derribado las dos chimeneas que, culminadas por las añejas franjas rojas y blancas, ha podido apreciar cualquier castellonense a lo largo de miles de veces.

Actualmente los trabajos se centran en el desmontaje de las calderas, esas estructuras de color marrón oscuro que han permanecido adosadas a las grandes torres desde que estas entraron en funcionamiento en 1972 y 1973. Fue en esos años cuando los grupos 1 y 2 de producción de electricidad comenzaron a generar energía. Casi 40 años después, de una de esas calderas ya no queda prácticamente nada y la otra se encuentra en avanzado estado de desmantelación. Una tarea que no es nada fácil y que requiere de una planificación muy cuidada para garantizar la seguridad de los 70 operarios que diariamente trabajan en las tareas. No en vano, las calderas tienen 60 metros de altura, es decir, el doble que un edificio de 8 plantas.

En estas labores se están utilizando una grúa de 90 metros, además de maquinaria pesada para retirar los restos de metales y de hormigón. Esto se está realizando actualmente, ya que con anterioridad se procedió a retirar los restos de cualquier combustible o fluido de las calderas y del aislamiento que las recubría. Además, en esta tarea se procedió al reciclaje de materiales, ya que muchos equipos serán reutilizados en otras plantas de Iberdrola como repuestos, según han informado fuentes de la compañía.

Con el posterior desmantelamiento de las chimeneas se culminará el proceso que comenzó en el 2008. Desde su puesta en marcha, las plantas 1 y 2 de la térmica han producido 66,6 teravatios por hora de electricidad y han creado empleo cualificado para 173 personas al año.