La Unió de Llauradors ha reclamado este martes más información acerca de la nueva plaga foránea detectada en plantaciones de cítricos de Huelva, denominada Scirtothrips aurantii, y ha pedido a la Generalitat que informe al sector sobre las medidas que adoptará para evitar que se introduzca en la citricultura de la Comunitat.

Según ha informado la plataforma agraria, la Junta de Andalucía ha confirmado la presencia de esta nueva plaga importada, cuyo origen proviene de Sudáfrica y ataca sobre todo a las naranjas cuando son pequeñas, cuando les provoca una gran cicatriz alrededor del pedúnculo, el tallo del fruto por el cual se une al tallo de la planta, que se ensancha conforme crecen los frutos y las deja sin ningún tipo de valor comercial.

Por ello, La Unió ha insistido en el riesgo existente para la citricultura española y de la Comunitat Valenciana con las importaciones de cítricos de terceros países y la posible entrada de plagas.

Los datos del total de interceptaciones en la Unión Europea de organismos nocivos introducidos a través de la importación de cítricos procedentes de países terceros, correspondientes a 2020, han reflejado un incremento del 42 % en relación al año anterior, al pasar a 233 interceptaciones el pasado año por las 164 de 2019, mientras que en el año 2017 tan solo fueron 88 "un problema que va al alza", han asegurado.

La organización agraria ha reiterado que las producciones provenientes de países que tengan la presencia de plagas de cuarentena "deben tener inspecciones en origen antes de salir los contingentes y recibir un tratamiento en frío durante su transporte para destruir con eficacia la plaga y evitar su propagación en un futuro por el territorio europeo".

El secretario general de La Unió, Carles Peris, ha considerado que los protocolos de importación de cítricos foráneos "deben ser más eficaces, ya que su laxitud provoca que se introduzca una nueva plaga como la detectada en Andalucía".

"No podemos continuar así y la Comisión Europea debe asumir y garantizar unas relaciones comerciales estables y totalmente seguras para los productores con objeto de evitar posteriormente el coste innecesario de fondos públicos para investigación y control de plagas", ha destacado Peris.

"Prevenir bien es por tanto la mejor herramienta y eso debe entrar en la cabeza de las autoridades comunitarias", ha concluido.