El mercado inmobiliario comienza en Castellón a dar señales de cierta recuperación. Todos los indicadores, aunque muy lentamente, concluyen que ahora sí se empieza a levantar cabeza. Se venden más pisos, los precios han dejado de bajar (o, al menos, ya no lo hacen a la velocidad de hace unos años) y las hipotecas parece que fluyen con algo más de alegría. Hasta ahí lo positivo. Lo negativo es que la bolsa de obra nueva sin vender, ocho años después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, sigue siendo abultada, y eso que en el último año el estoc ha adelgazado.

Los datos demuestran como Castellón está digiriendo lentamente el volumen de casas nuevas sin vender. El estoc de pisos de nueva construcción se redujo en el 2015 en un 2,46%, hasta los 26.603, según las cifras que acaba de dar a conocer el Ministerio de Fomento. A nivel nacional el descenso aún es más acusado, del 4,09%, al pasar de las 535.734 viviendas vacías a finales del 2014, a las 513.848 del año pasado. Como no, los restos de la burbuja siguen concentrándose allí donde se construyó a destajo en tiempos de bonanza, de modo que las provincias con más viviendas desocupadas sobre el parque total son, por este orden, Castellón, Toledo y Almería. Le siguen La Rioja, Ciudad Real, Lleida, Alicante y Murcia. El sector advierte de que buena parte de esos inmuebles, sobre todo los que están mal ubicados, tienen poca salida.

El estoc baja y lo hace por la recuperación de la venta de pisos, sobre todo en la costa provincial. Un par de datos basta para entenderlo. Durante el año pasado las transacciones alcanzaron las 6.224, un 8% más que en el 2014, cuando fueron 5.724. Y este 2016 parece que se confirma que la recuperación llega para quedarse. En el primer semestre se han vendido 3.238 pisos, un 20% más que en el mismo periodo del 2015.

GANA LA SEGUNDA MANO // Pero, ¿cómo es posible que se vendan 6.200 pisos al año en Castellón y el estoc aunque baja, solo lo hace en 672 viviendas? La respuesta es sencilla. Porque la mayoría de las viviendas que se venden en la provincia son usadas. Nada menos que el 85% de quienes compran hoy un piso en Castellón se decanta por la segunda mano, algo impensable hace unos años.

La vivienda de segunda mano gana por goleada y la clave hay que buscarla en el precio, algo más asequible para el comprador. “El precio sigue siendo determinante a la hora de comprar una propiedad y, en el caso de la usada, es más económico”, coinciden en todas las agencias inmobiliarias consultadas.

Esa sobreoferta de pisos (la mayoría se concentran en la costa, en municipios como Peñíscola u Orpesa) explica porqué el ajuste del mercado inmobiliario aún no ha terminado en Castellón. Pese a que en la mayoría de provincias los precios ya evolucionan al alza, aquí la tendencia todavía es la contraria. Es más, el último informe de la sociedad tasadora Tinsa asegura que los precios en la provincia siguen sin tocar fondos y, además, seguirán bajando. Y lo llamativo es que lo harán durante unos cuantos años más.

sin salida HASTA EL 2022 // Los precios seguirán a la baja y la clave ahora es averiguar cuanto tiempo tardará la provincia en dar salida a todo el estoc. Los datos que maneja el sector apuntan a que se necesitarán al menos otros seis años más para dar salida a la todavía abultada bolsa de viviendas vacías. O dicho de otra manera, no será hasta el 2022 cuando se ponga el marcador a cero y las grúas vuelvan a la costa.

La situación de Castellón contrasta con la de otras provincias del país, donde el porcentaje de viviendas vacías es prácticamente residual y la construcción retoma su actividad. Los expertos, de hecho, estiman que en dos años puede ser necesario empezar a construir con objeto de evitar el desabastecimiento en ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga o Girona. También en municipios de la costa como Marbella, Benalmádena, Roses o Tarifa. H