COSAS MÍAS

La guerrilla de ‘El Frare’

Antonio Gascó

Antonio Gascó

La escasa resistencia del ejército valenciano, en la Guerra de la Independencia, llevó al paisanaje a adoptar una táctica distinta para castigar a los franceses. Esta no fue sino la guerra de guerrillas con partidas armadas que atacaban a los conquistadores, aprovechando el efecto sorpresa y el mejor conocimiento del terreno. Uno de los partisanos más significativos en tierras castellonenses fue el nulense Ascensio Nebot, El Frare, porque profesó en los alcantarinos de Vila-real, hasta la ocupación francesa que exclaustró su monasterio. A partir de ese momento, colgó los hábitos y formó la más belicosa de las partidas de la zona, que llegó a reclutar hasta 4.000 hombres. No sería el único, habida cuenta que los religiosos más recalcitrantes vieron con muy malos ojos a los bonapartistas, por las medidas desamortizadoras, de derribos e incautaciones de iglesias y conventos, decretadas por José I a quien, además, tenían palmaria ojeriza por su adscripción a la masonería.

Fusilamientos

Las tropas del guerrillero de Nules generaron muchos problemas a los que llamaban despectivamente gabachos en el término de Castelló, intimidándoles en el convento de San Francisco, lo que se saldó con refriegas a base de fusilamientos en los últimos días de 1811. Los expolios de mansiones particulares e iglesias continuaron, así como las contribuciones de guerra exigidas por los franceses a nuestra ciudad, como la de 50.000 duros obtenida el 4 de enero de 1812 a base de encarcelar a muchos de los más pudientes ciudadanos y no darles la libertad hasta que no hubiesen satisfecho el impuesto. En este año la represión por parte de las tropas de ocupación, fue constante, contabilizándose numerosos arrestos que obligaron a secularizar las iglesias de San Miguel, para convertirla en cárcel y la de los agustinos en almacén.

Cronista oficial de Castelló

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