COSAS MÍAS

Las columnas de Hércules

Ese peñasco abierto se consideraba por griegos y romanos como el ‘finisterrae’ que dio origen al cabo coruñés

Antonio Gascó

Antonio Gascó

Hoy quisiera hablar sobre las míticas columnas de Hércules. Su fantasiosa historia refería, desde tiempos helenos, dos columnas que se situaban a ambos lados del estrecho de Gibraltar. La peña española que recuerda el nombre del invasor islámico Yebel Tarik era la columna del norte, y la del sur disputa su ubicación entre el monte Hacho de Ceuta y el Musa de Marruecos. 

Fue el mismo Hércules, según la mitología, quien separó los dos montes unidos como una cordillera continua y que así fue como el agua del océano, contenida antes por la mole de los peñascos, entró en los lugares que ahora inunda. Ese peñasco abierto se consideraba por griegos y romanos como el finisterrae, hasta que exploraciones casi inmediatas adjudicaron ese topónimo al cabo coruñés de ese hombre. La alegoría representó el símbolo con dos columnas jónicas unidas por una bandolera o faja en la que se leía «Non plus ultra» como significado de que allí concluía la tierra conocida.

Reales de plata

Y ahora viene lo gracioso. Ese logotipo se usó para acuñar los reales de plata españoles, en la ceca de México, tras la conquista. Las barras verticales serían las columnas y la ese sería la banda con la leyenda Plus ultra (sí hay más allá) acontecida tras la llegada de Colón al nuevo mundo. 

Esas monedas se extendieron por todo el continente americano, y cuando se adoptó el símbolo del dólar en 1785, el nombre de Pillar-Dollar (Pillar, traduciéndose por columna, en referencia a las columnas de Hércules) --por entonces ya muy extendido en la cultura anglosajona para designar monedas-- sirvió para referirse al peso español o pieza de ocho reales, al que se imitó para crear la moneda USA.

Cronista oficial de Castelló

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