A FONDO

Un hogar para la esperanza

Vila-real muestra su carácter más solidario con la nueva casa de acogida San Pascual El Pati

José Benlloch

José Benlloch

Vila-real, nuestra ciudad con corazón de pueblo, ha forjado a lo largo de su historia un carácter acogedor, solidario y volcado en los más vulnerables. El mejor ejemplo de ello es el proyecto que estos días ha visto la luz, de la mano de Cáritas Diocesana y el Obispado de Segorbe-Castellón: la nueva casa de acogida San Pascual El Pati. Un orgullo para nuestra localidad y un claro ejemplo de la alianza con la sociedad que hemos tejido en los últimos 10 años.

Una ocasión histórica que contó con una visita también histórica, la de monseñor Bernardito Cleopas Auza, nuncio apostólico del papa Francisco en España, a quien le quiero agradecer especialmente su presencia en Vila-real y sus palabras, siempre elocuentes y cargadas de sentido. También al obispo, Casimiro López; el presidente nacional de Cáritas, Manuel Bretón; y los directores provincial, Francisco Mir, y local, Enrique Cortés, así como a sus antecesores, Manuel Aragonés y Carmen Miralles. Y cómo no al vicario general mosén Javier Aparici, y a los párrocos de los Santos Evangelistas, Sergio Mendoza, delegado episcopal en Cáritas, y Juan Crisóstomo.

Como dijo el papa Francisco, es momento de no ceder en el compromiso de la solidaridad porque aquello que salva a quienes no tienen nada es la atención sincera y generosa. Sin duda, esta nueva casa de acogida simboliza esta voluntad de atender, acompañar y ayudar a personas sin hogar y con graves problemas de exclusión para que puedan desarrollar un proyecto de vida digna. Precisamente San Pascual, fraile franciscano que vivió por y para los más pobres, da nombre al nuevo albergue. Cinco siglos han pasado desde que nuestro patrón nos legara su ejemplo de dedicación a los que sufren; casi quinientos años que no han restado valor ni vigencia a su mensaje. Al contrario. Vivimos, por desgracia, en un mundo en el que aún perviven las desigualdades, a pesar del esfuerzo por atajarlas que tanto las administraciones públicas como las entidades sociales, como Cáritas, realizamos día a día. Hoy, la crisis económica derivada de la terrible guerra rusa contra Ucrania, la precariedad laboral y las dificultades de acceso a la vivienda suponen una amenaza para los más vulnerables.

Medio millar de personas

Un nuevo recurso para la inclusión fruto de la semilla que sembró Cáritas en Vila-real ya en 1992, a iniciativa del obispo José María Cases. Desde entonces, han pasado por El Pati más de medio millar de personas. Ahora, de la comunión de diferentes instituciones, personas y empresas --entre ellas, de manera particular, agradezco a Porcelanosa su implicación con el proyecto-- resurge un proyecto que representa los valores de la nueva Vila-real del siglo XXI: una ciudad inclusiva y solidaria, que genera oportunidades y que no deja a nadie atrás. Por eso, hemos tenido claro desde el primer momento nuestro compromiso con esta casa de acogida. Un magnífico espacio que no solo ofrecerá cobijo a las personas sin hogar sino que será un lugar de esperanza para el desarrollo personal, laboral y social de los usuarios. Como dijo San Francisco de Asís, es en el dar que recibimos.

Alcalde de Vila-real

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