LA FIRMA DEL DIRECTOR

Matrimonios de conveniencia

Ángel Báez

Ángel Báez

Los resultados electorales del pasado 28 de mayo han dibujado un escenario que, en buena parte de nuestra geografía, no tiene nada que ver con los equilibrios de fuerzas que se venían dando hasta ahora. Más allá de las geometrías que hacen posible los nuevos encajes tras un tetris completado sin luz ni taquígrafos, ha vuelto a darse un escoramiento a los extremos y hacia ese enconamiento al que nos tiene tan acostumbrados la política. La constitución de los ayuntamientos de este sábado ha puesto sobre la alargada mesa de los plenarios los nombres de quienes pivotarán las decisiones municipales en este nuevo mandato. Y, más allá de los romances y rupturas en hora de descuento tras el 28M, la política ha vuelto a demostrarse como ese matrimonio de conveniencia que hoy solo habla de alianzas estelares y lunas de miel.

La política municipal, la más cercana al ciudadano, tiene singularidades que no tienen otras, como es la vecindad entre adversarios, con lo que ello conlleva en cuanto a la conciliación de los aciertos, desencuentros y desatinos. Así, por qué no, a un contrincante político se le puede tener como vecino de escalera o de acompañante en la cola del súper. Y esta circunstancia no se da en otras esferas de la política. De momento, los nuevos alcaldes, concejales y grupos municipales hilvanan ya el que será flamante ajuar del desposorio, con la ilusión del primer día en ese matrimonio de conveniencia que abriga siempre los complejos y mal explicados acuerdos entre la parte contratante de la primera parte... que dirían los Marx.

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