Opinión | LA FIRMA DEL DIRECTOR

Reconversión

Está claro que los avances tecnológicos, la innovación o la progresiva decadencia en nuestra relación con el planeta nos está cambiando el mundo que conocemos y lo está haciendo de un día para otro. En este punto ya no sorprende tanto la dimensión de una transformación que es inevitable, sino que llama más la atención la velocidad de crucero que toman estas alteraciones.

En la industria castellonense, el modelo tradicional de los procesos productivos murió hace ya mucho tiempo y hoy no son pocos los ingenios tecnológicos que se agolpan a cada punto de las líneas manufactureras. Pese a la relajación en inversión de los últimos meses, en los últimos años el gasto en equipamiento ha sido enorme en el sector terciario. Por lo general, son inversiones para afrontar una transformación que debería posicionar favorablemente a esta industria a escenarios que van más allá de una década. Sin embargo, no siempre es así, por el vértigo al que estamos sometidos en asuntos que van desde los desafíos hacia nuevos modelos energéticos, los cambios en el consumo o la búsqueda de nuevos materiales. De ahí que ya no se hable de transformación, sino de reconversión constante.