Fue uno de los rostros característicos del cine español de la transición. Un ingrediente imprescindible tanto para las películas de autor como para las más comerciales. El actor madrileño Paco Algora, de voz cazallera, fue la representación del hombre de pueblo, también del varón rijoso. Heredero del Alfredo Landa del landismo pero con más matices, era capaz de acercar al espectador a la tragedia naturalista pero también a la comedia más socarrona. Algora falleció ayer a los 67 años en un hospital de Cádiz, afectado de cáncer de pulmón.

Eterno actor de reparto, apareció en más de un centenar de títulos de cine y televisión, entre las que destacan su participación en Habla mudita, Bruja más que bruja, Soldados, Tiempo de silencio , Cara de acelga o El Lazarillo de Tormes junto a directores como Gutiérrez Aragón, Antonio Drove, Francesc Betriu y Pedro Olea. H