María Rosel, estudiante de inglés a los 90 años

La nonagenaria comenzó en la escuela de adultos tras jubilarse a los 57 años y allí sigue tres décadas después

María Rosel, en una clase de inglés esta pasada semana.

María Rosel, en una clase de inglés esta pasada semana. / JUANI RUZ

Sara Rodríguez

Natural de Xàtiva, llegó a Alcoy a una edad temprana por obligación laboral de su familia. A los 57 años tuvo que jubilarse por un problema de salud, lo que no sabía era que ahí sería cuando empezaría su carrera estudiantil. «Nunca había ido a clase cuando entré en el Orosia Silvestre», empieza a contar María. Primero, se sacó los estudios primarios, luego el graduado y después un curso de auxiliar administrativa, recuerda. Con estos estudios la cogieron para trabajar en la oficina de correos de la vecina localidad de Ibi y también en Murcia, en el hospital. No obstante, tuvo que rechazar ambas propuestas, ya que sus obligaciones como abuela le requerían. 

María también hizo el acceso a la universidad, donde asegura que «saqué muy buena nota». Le hubiese gustado estudiar Derecho. Lleva varios años estudiando valenciano a inglés a la vez. Reconoce que ahora no estudia «para sacarse títulos», ya que cuenta orgullosa que tiene el mitjà y que está en los cursos superiores de ambas lenguas. Ella estudia para «no estar encerrada en casa o mirando la televisión». Sus quehaceres como abuela terminaron hace tiempo, pues sostiene que sus nietos a los que cuidaba ya tienen 30 años. «No tengo obligaciones», confiesa entre risas. 

La nonagenaria no solo emplea su tiempo en estudiar, sino que también realiza otras actividades extraescolares como baile o yoga, que le permiten mover sus articulaciones y mantenerse en forma. «Antes iba a manualidades también, pero me lo dejé», admite.

Preguntada por como lleva sus estudios de inglés, María reconoce que «hablar creo que no lo hablaré nunca, pero conozco bastantes palabras y puedo decirlas», aunque añade que, cada verano con el parón de las vacaciones hace que se le olviden algunas definiciones.

Una de sus profesoras de la escuela, Carmen, está sentada a su lado durante toda la charla. La maestra admite que «María es una alumna fantástica, siempre llevaba un diccionario pequeño, le gustaba mucho traducir y era muy metódica. Siempre muy interesada y preguntaba mucho». 

María recuerda la pandemia como una etapa dura donde «no salía de casa». «Hacía mucho frío, estábamos con las mascarillas y las ventanas abiertas y la gente hubo meses de que no venía mucho», dice su profesora Carmen.

El director del centro José Payá y María, que señala el aula con su nombre.

El director del centro José Payá y María, que señala el aula con su nombre. / JUANI RUZ

En este sentido, María recomienda a todos aquellos que se han jubilado que «hay que estar activos, si no haces algo después de trabajar y estar tanto tiempo activo te quedas ahí, la cuestión es hacer lo que sea. Ir a charlas, museos, exposiciones, clases la cuestión es hacer cosas para que la mente no decaiga». 

Con sus 90 años cumplidos en febrero, es la estudiante más longeva del Orosia Silvestre. Cuando terminó el curso pasado, los profesores, alumnos y trabajadores del centro le hicieron un homenaje donde le entregaron un ramo de flores y subió al escenario del salón de actos de la escuela. Además, también le pusieron un aula a su nombre, en concreto, la de valenciano. «Es toda una institución aquí y un honor tenerla como alumna», reconoce el director del centro, José Payá.