Vila-real vivió ayer un día marcado por los actos religiosos que sirvieron de homenaje a la patrona de la ciudad, la Mare de Déu de Gràcia, cuya figura se encuentra en la iglesia arciprestal del municipio durante los diez días que duran los festejos en su honor.

La misa comenzó a las 18.00 horas en un templo que los vila-realenses llenaron por completo, y a la que asistió una nutrida representación de la corporación municipal, encabezada por el alcalde, José Benlloch. También en primera fila estuvieron la reina de fiestas, Silvia Cantavella, y toda su corte de honor, formada por Marta Soler, Sara Ramos, Belén Lloret y Rut Manrique, además de numerosos representantes festivos. El acto contó con el toque musical de la coral Sant Jaume, que interpretó las diferentes piezas musicales.

La eucaristía fue el momento central de una tarde de actos religiosos que cuenta con una liturgia perfectamente estudiada. Así, media hora antes del inicio de la misma, en la Arciprestal comenzó la novena diaria a la Virgen -que comenzó el viernes y durará hasta el próximo sábado-- mientras desde la basílica de Sant Pasqual se iniciaba el traslado de la imagen del otro patrón de la ciudad, que presidió el acto.

Posteriormente, la moreneta salió del templo para iniciar una procesión que recorrió las calles Sant Roc, Sant Antoni, Zumalacárregui, Major Sant Doménec, plaça Major, Major Sant Jaume, Pere III y Cova Santa, para volver a la plaza e iniciar la vuelta por los viales Comte d’Albay y Sant Roc. Los ciudadanos no fallaron a su Virgen pese a las elevadas e inusuales temperaturas, y ahora la Mare de Déu de Gràcia seguirá siendo agasajada durante toda la semana por los fieles. H