VILLARREAL CF

El Villarreal de Setién, frente al Sevilla de Mendilibar, el resucitador en chándal

Los nervioneses han espabilado en los cinco partidos dirigidos por el peculiar entrenador vasco

El Villarreal de Setién, frente al Sevilla de Mendilibar, el resucitador en chándal

El Villarreal de Setién, frente al Sevilla de Mendilibar, el resucitador en chándal / EFE / JOSÉ MANUEL VIDAL

Juan Francisco de la Ossa

Juan Francisco de la Ossa

El Sevilla (rival del Villarreal CF este domingo, a las 21.00 horas, en el Ramón Sánchez-Pizjuán), de Champions, el club paradigma de fichar bien (jugadores buenos pero baratos) y vender mejor (más alto), esa alternativa a los grandes de Europa, se tambaleaba, se asomaba al abismo. Ni dos entrenadores de la talla de Julen Lopetegui primero ni Jorge Sampaoli después evitaban la caída en la clasificación, hasta que Monchi se encomendó a José Luis Mendilibar, un técnico hecho en el fútbol modesto, acostumbrado a proyectos humildes (Valladolid, Osasuna, Alavés, Levante...) lejos del presupuesto que manejan los nervionenses. El rendimiento del viejo zorro vizcaíno (62 años) ha sido tan inmediato como espectacular: cinco partidos sin perder, poniendo distancia con el descenso (ocho puntos) y colándose por la por la puerta grande en las semifinales de la Europa League.

El fútbol es tan sorprendente como la eliminatoria contra el Manchester United. En el minuto 82 de la ida en Old Trafford, el Sevilla daba las gracias por que los diablos rojos solo ganaran por 2-0, pero dos goles en propia puerta devolvieron la paridad al cruce, a la espera del infierno del Ramón Sánchez-Pizjuán, que el jueves vivió otra de esas noches a las que el sevillismo está acostumbrado: será la séptima semifinal en esta competición.

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El Villarreal de Setién, frente al Sevilla de Mendilibar, el resucitador en chándal / MEDITERRÁNEO

Filosofía

«A mí también me ha pasado en equipos que cuando no hemos estado bien, no han creído en mí, o no han sabido lo que yo pensaba: todo lo que ven en esos momentos es malo y acaban por echarte», dijo poco después del 3-0 al United. «A mí también me han echado de unos cuantos equipos», recordó. «El fútbol que veo es sencillo, yo no quiero complicar las cosas al jugador: quiero que lo entienda con facilidad, sin grandes explicaciones», ahondó. «A veces, a futbolistas como los que tenemos en el Sevilla les gusta complicarse la vida porque son buenos, pero eso no es bueno para el equipo; y a veces adoptan la manera más sencilla y ven que se puede jugar así», evaluó Mendilibar. «Soy así desde que empecé en Regional, siempre, sencillo y directo», recalcó. 

Son siete puntos de nueve (0-2 en Cádiz y Valencia, intercalado por el 2-2 en casa contra el Celta, en un partido que acabó con nueve) y esos cuartos de final resueltos brillantemente ante un equipo que se había cargado al Barcelona y al Betis, con 13 goles a favor (siempre al menos dos) y cuatro en contra). Su llegada, después de las etapas encadenadas de dos técnicos también con una personalidad tan marcada como las de Lopetegui y Sampaoli, ha supuesto una liberación en el vestuario.

Su personalidad

Ese fútbol directo y sencillo que pregona, es la prolongación de su manera de ser. Esa que, en su debut en Europa, en un escenario como el Teatro de lo Sueños, le hace aparecer en chándal. Un entrenador en peligro de extinción, en estos tiempos de postureo, pero que se aferra a su gran oportunidad, la de ser campeón después de casi tres décadas en los banquillos.

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