Informe | Los contratiempos y el coste para el Villarreal de la suspensión del partido de Copa ante Unionistas

El fútbol tiene detrás de los focos mediáticos y de las estrellas muchas más cosas. Como suele decirse, no es todo oro lo que reluce. De hecho, la suspensión de la eliminatoria a partido único de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey entre el Unionistas Salamanca y el Villarreal CF con 1-1 antes del inicio de la prórroga ha tenido en el seno amarillo mucho más coste y desgaste del esperado.

Un duelo que se reanudará en la tarde de este lunes a las 16.30 horas en el estadio Reina Sofía, donde se jugará la prórroga y, si hiciera falta, los penaltis, antes del sorteo de octavos de final que tendrá lugar a las 18.30 horas.

Las consecuencias de tenerse quedar un día más y no previsto en tierras salmantinas son muchas: en lo deportivo, en lo físico, en lo mental, en lo logístico y en lo económico.

Dura noche

Nadie en la expedición amarilla quería la suspensión del encuentro y mucho menos pasar la noche en Salamanca. Nada más finalizar el choque del pasado domingo, la expedición regresó al Hotel Vincci Ciudad de Salamanca, donde el club tenía bloqueadas, como hace en cada desplazamiento, las habitaciones que había utilizado el día anterior para casos de urgencia, como lo fue este.

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Una vez en el hotel, hubo que agilizar el tema de la cena de los futbolistas y poner en marcha muchos temas de logística como coordinar el desayuno y la comida de este lunes, habilitar las salas de reuniones para las charlas técnicas e incluso buscar una lavandería para poder lavar y secar a tiempo las equipaciones o ropa que se podría volver a utilizar en la reanudación del lunes a las 16.30 horas en el estadio Reina Sofía.

Soluciones rápidas y urgentes

Los empleados del club tuvieron que trabajar con celeridad para que los futbolistas lo tuvieran todo a punto. Además de los temas alimenticios y de espacios en el hotel, el club tuvo que afrontar costes extras como que el avión chárter que llevó el sábado al equipo hasta el Aeropuerto de Salamanca pernoctara una noche más, con el importante coste económico que ello conlleva. A ello hay que añadir, evidentemente, los costes de otra noche de hotel, las comidas, desplazamientos, chóferes, lavandería, el autobús extra que acompaña a la expedición junto al del club, la cena de regreso en el avión, etc.

Las otras consecuencias

Pero a todo ello hay que añadirle el cansancio físico y mental. Marcelino Garía Toral, técnico del Villarreal, es de la idea de que los futbolistas pasen cuanto más tiempo mejor con sus familiares y en sus casas. Como muestra, el hecho de entrenar y viajar en la tarde del sábado, y no por la mañana, para que todos los miembros del primer equipo pudieran pasar el Día de Reyes con sus hijos y resto de la familia.

De hecho, el peaje que habrá que pagar en lo físico y mental es muy elevado. Primero porque en menos de 24 horas los jugadores tendrán que vestirse de corto y volver a competir a máxima intensidad, aunque solo sea media hora. Luego las posibles dudas mentales que pueden surgir por no haberle ganado a un rival de Primera Federación y el miedo escénico a caer en una prórroga o por penaltis.

Y el que más preocupa, tanto a Marcelino como a su cuerpo técnico, es el tener un día menos de descanso y de recuperación, trastocándole sus planes, en esta complicada semana en la que la plantilla tendrá que coger de nuevo un avión demasiado pronto, el viernes, para realizar el desplazamiento liguero más largo de la temporada, a Las Palmas de Gran Canaria, donde el sábado 13, a las 14.00 horas, el Submarino se medirá al conjunto Pío Pío.

Sin duda, un coste demasiado elevado por capricho del colegiado balear Busquets Ferrer, que decidió unilateralmente suspender el partido cuando pudo reanudarse perfectamente.