Las vidas paralelas de Villarreal y Sevilla

Villarreal CF y Sevilla FC no está viviendo su mejor temporada. Sin duda, está siendo un año deportivo complicado para estos dos clásicos del fútbol europeo del siglo XXI. Títulos de Europa League en ambos clubs, muy buenas actuaciones en la Champions League y competitivos en LaLiga, amarillos y sevillistas han experimentado por momentos este curso la otra cara de la moneda, la de los modestos, los que luchan por evitar el descenso, algo para lo que ni groguets y hispalenses están preparados, sufriendo más de la cuenta para poder alejarse de la zona baja.

Los paralelismos entre unos y otros son muchos. En lo único que no se parecen es en la estabilidad en la cúpula directiva que impera en el Submarino, mientras que en el Sevilla la inestabilidad en los despachos es tal que hasta ha habido cambio de presidente, pasando de Pepe Castro a José María del Nido Jr. Lo cierto es que, además de la irregularidad en los resultados, ambas entidades han tenido hasta tres entrenadores y no han cumplido las expectativas ni en LaLiga, ni en Europa, ni en la Copa.

La travesía amarilla

El Villarreal apostó por la continuidad de Quique Setién dada su buena recta final y clasificación europea. El cántabro duró 4 partidos desde el 13 de agosto, con una victoria y tres derrotas, tres puntos logrados y 0,75 de media, siendo destituido en el 5 de septiembre.

José Rojo Pacheta fue la apuesta para reemplazarle, aunque solo duró ocho partidos ligueros, como dos de los tres entrenadores del Sevilla. Firmó dos triunfos, tres empates y tres derrotas, 9 puntos y una media de 1,13 puntos por encuentro. En Europa logró dos victorias y un KO, destituido el 10 de noviembre.

La estabilidad la ha dado Marcelino García Toral, cuya llegada mejoró el juego, la dinámica y los resultados (tiene al equipo en la carrera por la 7ª plaza y optar a la Conference). Con los números del asturiano el Villarreal jugaría la Champions. Llegó el 13 de noviembre y en 21 duelos suma nueve victorias, seis empates y seis derrotas (33 puntos y 1,57 de media), sacando al equipo de la zona crítica y peleando por Europa.

El vía crucis sevillista

Mientras, en el Sánchez Pizjuán comenzó LaLiga el 11 de agosto José Luis Mendilibar, que siguió en el club al ganar la Europa League 2023. Pero el veterano técnico vasco fue destituido el 8 de octubre, con solo ocho partidos disputados y un bagaje de dos victorias, dos empates y cuatros derrotas (ocho puntos; uno por partido de media).

Sorprendió que el Sevilla apostara por el exdelantero uruguayo Diego Alonso, llegando el 10 de octubre al Pizjuán y durando también ocho encuentros, ya que le echaron el 16 de diciembre tras no ganar ningún partido liguero, con cinco empates y tres derrotas (cinco puntos y una media de 0,63). El charrúa sumó cuatro derrotas en otros tantos duelos en Champions.

Y el Marcelino del Sevilla está siendo Quique Sánchez Flores, entrenador que ha conseguido, al menos, dotarle de tranquilidad en cuanto a resultados, aunque sin la reacción que el Submarino ha experimentado con el técnico asturiano, ya que ni con El Faraón el Sevilla ha podido acercarse a la pelea por Europa, más bien ha ido remando para alejarse del descenso.

Sánchez Flores ha dirigido, desde que llegó el 18 de diciembre, 18 encuentros ligueros, con ocho victorias, cuatro empates y seis derrotas, lo que otorgan 28 puntos y una media más digna de 1,56. 

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