El gran capitán está muy cerca de volver a tomar el timón del Submarino. Han pasado más de seis meses desde que una jugada accidental con Emerson, lateral derecho del Betis, encogiera el corazón a la afición amarilla. Los diagnósticos confirmaron los malos presagios y acabó pasando por la mesa de operaciones para ser intervenido de una rotura de ligamentos. Mucho tiempo sin Vicente Iborra. Demasiado. Desde que le quitaron los puntos de sutura no ha parado de trabajar en el gimnasio, encima de la bicicleta o ayudando al equipo. Y para la historia del Villarreal CF quedará la charla que dio a sus compañeros en el vestuario del Gdansk Arena momentos antes de saltar al terreno de juego en la final de la Europa League. Aún, un mes después, el visionado de las imágenes eriza la piel del hincha 'groguet'. 

Iborra recuerda el momento en el que Emery se lo pidió. «El míster me dijo que diera la charla previa a la final. Para mí fue muy importante y supuso un gran orgullo poder colaborar con el equipo», asevera. Un discurso emotivo que el centrocampista de Montcada recuerda que tuvo que improvisar: «No tuve mucho tiempo para prepararla porque me lo dijo diez minutos antes, pero yo traté de hablar a mis compañeros desde el corazón».

«Los conceptos tácticos los habíamos preparado muy bien con los técnicos y lo que intenté era tocar la fibra ante un partido trascendental para la historia del Villarreal. Yo me lo tomé como algo muy importante y es un bonito gesto del entrenador que le agradeceré siempre», rememora Iborra. Su desenvoltura, su forma de llegar a los jugadores en los momentos previos a la final, invitan a pensar que Iborra es un futuro gran entrenador en ciernes. «Puede que me vea en los banquillos cuando acabe de jugar al fútbol. Es una cuestión que podría plantearme. Aprendo de los compañeros y de todos los técnicos que he tenido. Durante el confinamiento cursé el nivel 1 on line», explica.

Mientras tanto, continuará siendo uno de los hombres importantes en el vestuario del Submarino, por su compromiso, su experiencia y su ascendencia sobre el grupo. Ya acabó la temporada entrenando con sus compañeros y el 7 de julio, cuando comience la pretemporada, partirá como uno más en las sesiones de trabajo. «Ya pude estar con el equipo antes de terminar la Liga. Mi idea es empezar a trabajar con el grupo desde el primer día de pretemporada, ajustando las cargas de entrenamiento pero ya con todos», afirma el capitán 'groguet'. 

Detrás queda una etapa complicada en su carrera: «Era mi primera lesión de gravedad. Era una situación desconocida para mí y difícil, más cuando al principio los resultados no acompañaban y veías que no podías ayudar al equipo. He intentado hacerlo pero desde otro prisma». Y mal no le ha ido sin lugar a dudas.

A LA CHAMPIONS 

El Villarreal regresará a la Champions por cuarta vez (cinco si se cuenta la que cayó eliminado en la previa ante el Mónaco). Y para el centrocampista de Montcada tampoco será la primera vez. «Al final es lo que todos queremos, jugar una competición con los mejores equipos del mundo, pero no debemos descuidar la LaLiga y tampoco la Copa del Rey, que son competiciones en las que tenemos mucho que decir», analiza Iborra.

En Gdansk sumó una cuarta Europa League a su palmarés, tras las tres que ganó con el Sevilla. En esta ocasión con un matiz diferente porque «la he logrado con un equipo valenciano, de mi tierra y ante uno de los mejores clubs del mundo como es el Manchester United». «Observar la ilusión de toda la gente del pueblo fue algo maravilloso. Cuando veías sus caras te dabas cuenta de lo que habíamos logrado», explica. 

Después de medio año fuera del verde, regresará para ganarse un puesto en el once de Emery, donde la competencia en el centro del campo será durísima. «La competencia siempre te hace mucho mejor en todo. Es bueno para el equipo y también para mí a nivel personal. Soy muy competitivo y luchador, y pelearé desde el inicio, aunque todos estamos involucrados en un objetivo común», defiende el centrocampista del conjunto 'groguet'.

El Villarreal afrontará una pretemporada con rivales de gran nivel con el fin de llegar a la final de la Supercopa ante el Chelsea con un buen rodaje, competición que disputará el 11 de agosto en Belfast (21.00 horas). «Nos enfrentamos al campeón de la Champions y nada mejor que enfrentarse a rivales de gran nivel para chequear nuestras posibilidades», manifiesta. «Estamos ya acostumbrados a medirnos a grandes equipos. En la Europa League ya nos enfrentamos al Salzburgo o al Dinamo de Zagreb antes del Arsenal y United. Ahora, el Chelsea, que dejó fuera al Madrid y al City. Será un test complicado, pero es posible ganarles», dice convencido. 

Desde que firmó en enero de 2019 por el Villarreal se ha ido ganando el aprecio y respeto, tanto de la afición, como de sus compañeros y los dirigentes del club de la Plana Baixa. «En los clubs en los que he estado siempre me he involucrado al máximo. En el Villarreal me siento muy querido y valorado. Estoy agradecido a todos por todos los detalles que ha tenido el club conmigo durante este periodo en el que he estado lesionado», concluía. Un gran fichaje de Champions para un Villarreal de Champions.