Castelló impone 22 multas a usuarios infractores de patinetes en un mes

El Ayuntamiento de Castelló, a través de la Policía Local, ha impuesto un total de 22 sanciones a usuarios infractores de patinetes eléctricos en el último mes, según los datos a los que ha tenido acceso Mediterráneo. De esta cantidad, nueve de ellas corresponden a vecinos que han superado la velocidad permitida de 25 km/h a los conductores de este medio de transporte de movilidad personal y que han sido detectados por los agentes en las 99 inspecciones que han realizado con el control móvil que el consistorio puso en marcha hace un mes. La multa que deberán pagar estos asciende a 500 euros (250 euros por pronto pago).

A este respecto, el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Ortolá, explicó que la Policía Local «está llevando a cabo controles rutinarios en diferentes puntos de la ciudad con el objetivo de sancionar a aquellos dispositivos que sobrepasan los 25 kilómetros/hora, que es la velocidad máxima legal a la que pueden circular por la vía pública, según indica la DGT».

El edil indicó que la puesta en marcha de este dispositivo «está acompañada de una campaña de concienciación a través de la Policía Local sobre el correcto uso de patinetes eléctricos, un vehículo que por ser nuevo no tenía una regulación determinada y cuya utilización ha sido una preocupación en nuestra ciudad debido a los numerosos accidentes que han provocado y al riesgo que suponen para los viandantes».

Ortolá aseguró que encontrar un sistema que permitiera controlar la velocidad de los patinetes eléctricos que permitiera controlar su velocidad sin coartar la libertad de movilidad era una demanda ciudadana. Y, de esta forma, con «este sistema pionero y de referencia en España estamos consiguiendo este equilibrio y, aunque aún queda mucho trabajo por delante, es una muy buena noticia para la seguridad de Castellón». 

Finalmente, el responsable del área de Seguridad Ciudadana señalo que lo más innovador de este sistema es que permite verificar en la vía pública la velocidad máxima que alcanzan estos vehículos sin la necesidad de desplazarse a las estaciones de inspección técnica, lo que supone una significativa mejora tanto para los usuarios como para los propios policías al disminuirse sustancialmente el tiempo para la realización de la prueba. 

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