El incremento de la incidencia del coronavirus, con la irrupción de la variante Ómicron como una de las protagonistas, está truncando ya las excelentes expectativas con las que contaba para fin de año el turismo rural en el interior de Castellón, que esperaba una ocupación del 100% para el próximo fin de semana.
Sin embargo, la sexta ola, en pleno apogeo aún, con un ritmo de contagios en la provincia que llega a superar los 600 nuevos casos al día, ha hecho que estén cayendo las reservas «en torno a un 20%», de manera que el sector espera, como máximo en principio, «llegar a un 80%» de las plazas contratadas para unos días que son de los mejores del año para el interior y de los que depende para sostenerse durante el resto del ejercicio.
Adiós a la euforia
«Si en noviembre estábamos eufóricos, ahora estamos esperando a ver si se anima a venir la gente que no podía asumir los tres días que teníamos de mínimo y que ahora ya no están vigentes», explicó este martes el presidente de la Asociación de Turismo Rural (ATR) en Castellón, Joaquín Deusdad. El también empresario añadió que son las casas con mayor capacidad y que esperaban la llegada de grupos, un colectivo que se estaba recuperando tras mucho tiempo parado, las que más están sufriendo las cancelaciones.
«Sobre todo son grupos de gente mayor los que han empezado a caer en estos últimos quince días, que han sido muy malos», indicó. Deusdad recordó que la mayor parte de la facturación en los alojamientos de interior y, en general, en el turismo rural, procede las campañas de Semana Santa y Nochevieja, de modo que si no logran llenar en esos momentos, es mucho más complicado resistir más o menos bien en el conjunto del año.
Al igual que ha ocurrido en otros puntos de la Comunitat, como es el caso de la provincia de Alicante, la pandemia de coronavirus benefició en los dos últimos veranos al interior castellonense, puesto que, de funcionar a medio gas, los establecimientos pasaron a alcanzar una ocupación cercana al 90%, debido a que los clientes optaron por buscar lugares tranquilos en los que pasar sus vacaciones, lejos de las aglomeraciones y en espacios seguros y hasta cierto punto aislados.
Nada es seguro
Es una dinámica que ahora se rompe, pese a que lo que manda por encima de todo es la incertidumbre. Desde Casas rurales del Penyagolosa, Teresa Vayà resumió la situación al apuntar: «No sé qué es lo que va a pasar».
La explicación está en que a la vez que se producen las cancelaciones, se realizan nuevas reservas que, en ocasiones compensan, generando inquietud y desconocimiento sobre cómo llegarán a la hora de la verdad al fin de semana de esta Nochevieja.
Temor por Sant Antoni
Otro asunto importante es la preocupación que asoma en el horizonte inmediato por otro momento clave para el turismo rural: las festividades de Sant Antoni. Enrique Deusdad indicó que «faltan solo quince días y no se sabe si habrá cancelaciones de las actividades que suelen celebrarse en los pueblos, lo que puede hacer caer las reservas ya hechas e impedir que haya otras nuevas». «Lo único positivo que tenemos es el Bono Viatje, que ha funcionado muy bien este año y esperamos que continúe así en el caso del 2022», concluyó.
Los hoteles, a un 60% de media
La situación del sector turístico de la provincia de Castellón actualizada este martes es de «leve repunte», teniendo en cuenta que «las cancelaciones han hecho mucho daño a la hostelería, más que a los hoteles», explicó el presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat Valenciana y vicepresidente ejecutivo de la patronal castellonense Ashotur, Luis Martí.
«Hoy parecía que se estaba recuperando algo, nos tememos que las noticias de hoy, empeoren la situación», añadió Martí, quien también habló de «un muy mal fin de año, habida cuenta las excelentes previsiones que teníamos».
El responsable de Ashotur estimó en una media del 60% (Peñíscola será puntualmente una excepción, con un dato del 85% ) la ocupación en el conjunto de los establecimientos hoteleros de la provincia para el fin de semana, valorando de modo muy negativo que las anulaciones en la hostelería están alcanzando un índice del 30%.
En todo caso, Luis Martí puso el acento en la volatilidad de la situación, que puede llevar a que los datos y previsiones, la propia realidad que se vive en el sector cambie de un día para otro.
De hecho, como publicó Mediterráneo, hace escasos días las expectativas en bares y restaurantes eran más positivas que ahora, si bien la oscilación de reservas y anulaciones está siendo desde hace semanas una constante en los establecimientos de la provincia.
En cuanto a otras valoraciones de la coyuntura más puntual, por su parte, desde la asociación Hosbec indicaron ayer que «a pesar de que se han frenado las cancelaciones masivas, no se está recuperando el ritmo normal de reservas y se deduce que solo un 50 % de los turistas está manteniendo sus planes de viaje».
«Desde Hosbec lamentamos cómo se ha gestionado esta crisis y, en concreto, esta sexta ola y su impacto en los viajeros, a pesar de contar con casi toda la población ya vacunada y con tasas de hospitalización muy bajas», añadieron desde la organización.
Ventaja perdida
Esta patronal puso de manifiesto, además, que «las condiciones climatológicas en la Comunitat han sido inmejorables durante estos días y, en condiciones normales, esto habría animado las reservas hoteleras para las últimas semanas del año». Sin embargo, aseguraron «los cambios de criterio en cuanto al pasaporte covid y al uso de mascarillas en exteriores no han ayudado a recuperar la confianza de una ciudadanía que no quiere arriesgarse a perder su reserva por nuevas restricciones», concluyeron desde Hosbec. H
