Tras seis años de reivindicaciones, por fin, el Hospital General de Castelló abrirá antes de finales de año una unidad para poder realizar trasplantes renales sin necesidad de que los castellonenses tengan que desplazarse a València, como sucede ahora. Actualmente, cerca de 60 personas de la provincia esperan un trasplante de esta índole y otras 40 se encuentran en el proceso previo.
Personal del centro empezó ayer a realizar una jornada de actualización de conocimientos en el Colegio de Médicos de Castellón, pero ahora, como resaltó el director médico del General, Ramón Pons, están a la espera de que se materialice el compromiso de Sanitat.
«Solo falta que la Conselleria dote con el personal necesario la unidad para que el proyecto se pueda hacer con garantía. Espero que los hechos lleguen pronto», afirmó el doctor. Sin duda, se requiere de más personal dada la ampliación en la cartera de servicios que esto supone. En concreto, se necesitan, al menos, tres médicos, tres enfermeras y tres especialistas.
A priori, la llegada de estos sanitarios debería completarse dentro de la segunda fase de creación de plazas estructurales prevista a partir de septiembre. Una distribución de puestos que podría aliviar el malestar generado durante el primer reparto donde solo le han correspondido cerca de 120 de las 606.
Jornadas anuales de sensibilización en la donación
El doctor Pons estuvo ayer, junto a la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales de la provincia de Castellón, Alcer Castalia, durante la apertura de sus jornadas anuales de sensibilización en torno a la donación de órganos y tejidos, que concluirán mañana. Al acto inaugural asistió el presidente de la entidad, Juan Doménech; la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; el presidente de la Diputación, José Martí, entre otras autoridades y representantes sanitarios.
Doménech se felicitó por los «magníficos» resultados de la provincia en los índices de donación de órganos. «Seguimos siendo punteros, porque en la sociedad actual le hemos dado la vuelta a la situación anterior y lo que no es normal ya es no ser donante», aseguró, al tiempo que se congratuló del «avance del tan reivindicado centro de trasplantes renales» para el Hospital General. Además, el presidente de Alcer agradeció tanto al Ayuntamiento de Castelló como a la Diputación su decidido apoyo en esta reivindicación.
Diputación
El presidente de la institución provincial, José Martí, recordó al filósofo griego Aristóteles para decir que la esencia de la vida es «servir a otros y hacer el bien, y en eso consiste la donación, en hacer el bien a alguien que no nos conoce y no se sabe quién es, esa solidaridad que eleváis a la máxima potencia en Alcer Castalia».
Ayuntamiento de Castelló
Por su parte, la alcaldesa de Castelló dio la enhorabuena a esta entidad por sus «más de 40 años trabajando para mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad renal y para sensibilizar sobre la importancia de la donación de órganos». «Desde el 2020 incrementamos la ayuda municipal de 8.000 a 20.000 euros al año para contribuir a la función que desarrolla Alcer y este año hemos incorporado una partida de 30.250 euros para las obras del Espacio Multifuncional», explicó.
Líderes en España
Castellón es una provincia solidaria. Así lo atestigua el hecho de que sea la provincia de España con una mayor tasa de donación de órganos, a pesar de no disponer todavía de un hospital que realice trasplantes. Esto supone que el General de Castelló sea el centro no trasplantador con más donantes de órganos de todo el país.
Durante el pasado año hubo un total de 47 donaciones y en lo que va de este se han realizado 16, según informó ayer la coordinadora de trasplantes del Hospital General, Bárbara Vidal, durante la presentación de las jornadas anuales de sensibilización en torno a la donación de órganos y tejidos.
Testimonio
Alberto Aicart es conocido por muchos por ser el presidente de la Federación de Peñas del CD Castellón, pero son pocos los que saben que cuando tenía 30 años le dejó de funcionar el riñón y fue trasplantado hace casi una década. «Me fui a trabajar y empecé a ver en blanco y negro con una tensión de 28. Fui ahí cuando perdí el riñón, pero nunca han sabido los motivos. Estuve casi seis años en diálisis», señala Aicart, quien considera que es un «avance muy importante» que Castellón vaya a poder realizar trasplantes. «El donante me devolvió la vida. Gracias a la medicación hago una rutina normal», explica, al tiempo que señala que jamás pensó en los peores años de su dolencia que sería padre como así fue años después. «Sé que un órgano no es para toda la vida. Dura entre 20 y 25 años. Llegará el día en el que volveré a diálisis, pero hay que cuidarse y vivir el día a día».
