Una de cada cinco gasolineras de la provincia de Castellón ya es low cost: las más baratas

Las estaciones automáticas alcanzan una cuota del 20% en la oferta de la zona

La implantación del modelo supera la media nacional, fijada en el 18%

Consumidores repostan en una estación de servicio automática ubicada en la localidad castellonense de Vila-real.

Consumidores repostan en una estación de servicio automática ubicada en la localidad castellonense de Vila-real. / DAVID GARCIA

Iván Checa

Iván Checa

Una de cada cinco gasolineras existentes en la provincia de Castellónfunciona bajo el modelo conocido como low cost o, lo que es lo mismo, de forma automática

Este tipo de estaciones de servicio alcanza ya un peso del 20% en la oferta del territorio provincial, con más de una treintena respecto a los 170 surtidores en activo. Un porcentaje de implantación, según la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), mayor que la media del territorio nacional, fijada en estos momentos en el 18%.

"A este modelo le queda mucho recorrido todavía hasta llegar al nivel de otros países como Dinamarca donde supone el 60% de las gasolineras", apunta el presidente de Aesae a este diario, Manuel Jiménez, valorando que tanto Castellón como el conjunto de la Comunitat Valenciana "ha desarrollado este modelo de una forma más rápida al haber suprimido antes las trabas que existían".

De hecho, el apodo low cost (o bajo coste) no incomoda a la patronal: "Casi nadie pone pegas hoy a viajar con compañías de bajo coste. Antes era peyorativo, pero con el tiempo muchas aerolíneas han ajustado sus precios suprimiendo ciertos servicios prescindibles para el consumidor. Ocurre lo mismo con las gasolineras", argumenta Jiménez.

Las más económicas

De hecho, los dos surtidores con el precio más bajo ayer en la provincia se encontraban en estaciones automáticas, según los datos del Geoportal de Gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En concreto, en el caso del diesel la estación Petroprix de la avenida Italia de Vila-real vendía el litro a 1,257 euros, mientras que la gasolina sin plomo 95 la ofrecía el surtidor de Bonarea de Peñíscola a 1,413 euros.

Este importe más reducido se traduce, según Aesae, en un ahorro anual superior a los 200 euros, si bien "el efecto beneficia a toda la zona, pues el resto de estaciones tiene que ajustar sus precios para mantener la competencia", valora el presidente de la organización empresarial.

Y es que es justo este motivo el que ha impulsado la proliferación de estas gasolineras en la provincia durante los últimos años, en especial desde la pandemia y el posterior auge de los precios a consecuencia de la guerra de Ucrania. "Somos prácticamente la única opción en la que una decisión de compra puede reducir el coste al consumidor", apunta.

Dudas

No obstante, el modelo no está exento de dudas. Una cuestión popular es sobre si es carburante de menor calidad: "Nuestros proveedores son los mismos que al por mayor y existe un control exhaustivo desde la administración", responde Jiménez, quien a las críticas de la ausencia de personal contesta que "detrás de las estaciones hay personas trabajando aunque no atiendan directamente al cliente, realizando tareas de limpieza, desarrollo de sistemas o suministro".