Castellón hace los deberes y solo dos municipios no tienen plan antiincendios

El incendio de Bejís, entre los más graves el año pasado

El incendio de Bejís, entre los más graves el año pasado

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

La provincia ha hecho los deberes y el 98% de los municipios tiene aprobado ya su plan local de prevención de incendios (PLPI). Según informaron fuentes de la Conselleria de Agricultura, todas las localidades han presentado ya el proyecto y solo falta aprobar los de dos localidades: Almassora y Villahermosa del Río.

Por lo que respecta a los correspondientes parques naturales, están todos aprobados, salvo el del Penyagolosa, aunque, matizan, éste está amparado dentro del plan de prevención de incendios de la demarcación forestal.

El fiscal coordinador de Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado, Antonio Vercher, envió un oficio a la red de fiscales delegados de esta especialidad para que adopten medidas preventivas. Entre ellas, vigilar que los ayuntamientos en cuyo término exista superficie forestal dispongan de los PLPI correspondientes. También hacer controles a nivel autonómico de los supuestos regulados, como quema de rastrojos o casos de grandes incendios.

16.000 hectáreas en 2022

La medida llega después de que 2022 fuera uno de los peores años en este sentido. En Castellón el año pasado ardieron 16.668,55 hectáreas, la mayor superficie de la Comunitat, en 81 fuegos. Tres de cada cuatro (61) se produjeron entre junio y septiembre siendo los de Bejís y Costur los más graves. Agosto, con 18, fue el peor, con 16.516 hectáreas afectadas.

Según el boletín Espurna de la Generalitat, tras una primavera lluviosa en 2022 pasaron varios meses sin precipitaciones destacables con lo que se llegó a agosto con una vegetación estresada y combustible fino, desarrollado y disponible para arder. Las tormentas secas acabaron por conformar el cóctel fatal. De hecho, de los 15 grandes incendios en la Comunitat, diez fueron por rayos.

Cómo se presenta 2023

¿Y qué pasará en 2023? Según indican fuentes del consorcio de bomberos, las últimas lluvias han mejorado un poco la situación de los montes y zonas rurales, que sufrían de un grave estrés hídrico por falta de precipitaciones de los últimos meses. Aun así, señalan que no se puede bajar la guardia porque queda todo el verano por delante, con un previsible aumento de temperaturas y sin olvidar los posibles episodios de vientos de poniente, lo cual podría volver a agravar el escenario al que se enfrentan. Por otra parte tampoco cabe olvidar la gran carga de combustible que siguen almacenando los bosques.

Calor en junio y aire africano

A corto plazo, el catedrático de Climatología de la Universitat Jaume I, José Quereda, señaló que «aunque todavía algunas DANA se mantienen sobre el Atlántico, el anticiclón subtropical va a mantener la estabilidad sobre el Mediterráneo occidental». En otras palabras, «tiempo cálido, temperaturas entre uno o dos grados por encima de la media, en junio. Además, la masa de aire seco africano que alimenta el anticiclón determina un escenario «crítico y de riesgo para nuestro ecosistema». Aunque ahora la situación sería de riesgo moderado, puede aumentar con la meteorología a medida que progrese la desecación de los recursos caídos en mayo. 

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