Testimonios de Castellón: pasaporte exprés a la residencia

El centro de formación de la patronal turística castellonense Ashotur en Benicarló es un conglomerado de culturas. Entre el colectivo de parados que ha optado por seguir los cursos de capacitación profesional que les abrirán las puertas a un medio de vida, constan también extranjeros que llevan un tiempo residiendo en Castellón y para los que, solo apuntarse a este curso, les posibilita acudir a Extranjería y solicitar una autorización especial de residencia por arraigo, para un año.

Desde la Asociación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Castellón (Ashotur), detallan que esta campaña 2024 han organizado y tienen en marcha cursos de cocina, operaciones básicas de camarero de piso y básicas de restaurante. «Para 2024-2025 nuestro objetivo es lanzar más y añadir a estos tres el de operaciones básicas de cocina», indicaron, al tiempo que reflexionaron que persiste el déficit de mano de obra disponible para trabajar en el sector turístico e incluso han planteado a Labora la opción de firmar algún tipo de convenio con países de Sudamérica, como Colombia. 

Llamadas a diario

Ashotur constata que recibe a diario «de tres a cinco llamadas» de extranjeros -sobre todo, de Marruecos y países sudamericanos interesados por los cursos, pero para los nuevos aún no tienen el ok ni pueden preinscribir. Esperan poder hacerlo ya tras el verano. «El problema es que pueden ir a Extranjería a pedir un permiso de arraigo por formación pero desde que lo solicitan solo tienen tres meses para apuntarse y les viene muy justo», expusieron.

A las clases teóricas, Ashotur incorpora prácticas en el Gran Hotel Peñíscola y luego un periodo más largo para aplicar los conocimientos adquiridos. Sus aulas son un conglomerado de culturas y, además de castellonenses, cuentan con alumnos de Argentina, Cuba, Colombia, Rusia y bastantes árabes, de Argelia y Marruecos.

En primera persona

Es el caso de Mohamed Jaouad (de Marruecos, de 31 años), que vive en Benicarló y se apuntó al curso de camareros de piso. «Son 420 horas, del 8 de enero al 25 de mayo, con prácticas en el Gran Hotel Peñíscola», detalla. Lleva casi tres años en España y, tras pasar un periodo en situación irregular, ahora tiene permiso de residencia y espera lograr, cuando finalice el curso, un contrato aunque sea de tres meses para verano, dado que la vecina Peñíscola es muy turística. Ve el arraigo por formación una «ventaja». Aprendió español trabajando en el mercadillo, habla francés, tiene nivel de bachillerato y cuenta con dos diplomas técnicos, de mecánico y seguridad, así como el carné de conducir.

Gourdou Abdelhak (de Marruecos, de 43 años), está casado y con tres hijos. Ansía un empleo que le otorgue derechos. Reside en Benicarló y es compañero de Mohamed en el curso de camarero de piso de Ashotur. «Puedo obtener un certificado y un precontrato. Al ser una zona turística hay más opciones de trabajar. Ya tengo listo el currículo para enviarlo. Tengo experiencia como camarero de barra, panadero,... Ahora sé el protocolo: no es solo limpiar y ordenar la habitación». 

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