La citricultura de Castellón tiembla ante la invasión de naranja de Sudáfrica con plagas

Las interceptaciones de fruta infestada de mancha negra se triplican este año

La clemenules alcanza en el campo los 0,50 euros, un precio pocas veces visto

Sudáfrica invade Europa de naranjas con plagas y el sector tiembla.

Sudáfrica invade Europa de naranjas con plagas y el sector tiembla. / ANDREU ESTEBAN

Elena Aguilar

Elena Aguilar

La citricultura de Castellón encara la campaña con una noticia buena y otra mala. La positiva tiene lugar estos días a pie de campo, donde las primeras operaciones de compraventa de clemenules, la variedad reina en la provincia, alcanzan cifras pocas veces vistas. La noticia negativa viene de miles de kilómetros de distancia. Sudáfrica, uno de los mayores exportadores de naranjas en fresco del mundo, está inundando Europa de fruta infectada con el hongo que provoca la temida mancha negra, una enfermedad que si entrara en España provocaría pérdidas multimillonarias a un sector que no gana para disgustos.

La voz de alarma la han dado las organizaciones agrarias. Tanto la Unió Llauradora como la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) denunciaron este lunes que solo en el mes de agosto se han registrado once interceptaciones de cargamentos de naranjas sudafricanas infestadas de Phyllosticta citricarpa, el nombre científico del hongo que causa la mancha negra. Y si se analizan los datos desde el inicio del año la situación todavía es más preocupante: 37 interceptaciones, el triple que las contabilizadas en el mismo periodo del 2022. «Los datos son escandalosos y evidencian los fallos en el sistema de control en origen del país africano para evitar su salida y que, en consecuencia, no existen garantías que la fruta expedida proceda de zonas citrícolas libres de este tipo de plagas de cuarentena ni que se haya hecho un buen control postcosecha», asegura Carles Peris, secretario general de la Unió.

Naranjas afectadas por la enfermedad de la mancha negra.

Naranjas afectadas por la enfermedad de la mancha negra. / MEDITERRÁNEO

Aunque la plaga todavía no está presente en Europa, la sola posibilidad que esto suceda hace temblar a los productores de naranjas y mandarinas de Castellón. «Si llegara a entrar las consecuencias serían nefastas. La mancha negra no tiene control y, por lo tanto, no se podría erradicar y el daño para el sector sería total, ya que la enfermedad afecta al aspecto de la fruta y, por lo tanto, la hace inservible desde el punto de vista comercial», argumenta Peris.

La presencia cada vez más elevada de fruta infestada ha encendido las alarmas del sector citrícola que abiertamente pide a a la Comión Europea (CE) que cierre las fronteras a las importaciones sudafricanas. «El riesgo fitosanitario es intolerable y Sudáfrica sigue demostrando claramente que no es fiable a la hora de garantizar su seguridad fitosanitaria», afirma Cristóbal Aguado, presidente de AVA, que recuerda que hace unos años Bruselas estableció que si Sudáfrica superaba cinco detecciones de mancha negra habría que detener las importaciones. «Los datos de este año son una auténtica barbaridad que no admite más complicidades ni dudas», insiste.

Europa mira hacia otro lado

A los citricultores la posible entrada de la mancha negra ya les quita el sueño y, de momento, Bruselas hace oídos sordos a las reclamaciones del sector. «La respuesta que se nos ha dado hasta el momento es insuficiente y Europa ya tiene más que suficientes pruebas para constatar que Sudáfrica no puede o quiere garantizar la seguridad fitosanitarias de sus cargamentos», subraya Aguado. 

La CE tiene que mover ficha, endurecer los controles en origen y extender el tratamiento en frío a las mandarinas con el objetivo de evitar la entrada de la falsa polilla (otra plaga que amenaza al sector) y la Conselleria debe ampliar los puntos de monitorización. «La detección precoz de la mancha negra es clave y lo ideal sería que hubieran muchos más puntos en toda la Comunitat», describe Peris.

La preocupación por las plagas va a más y coincide con un momento dulce en el campo. Los precios de los primeros tratos comerciales de la variedad clemenules oscilan entre los 0,38 y los 0,45 euros el kilo (datos de la Lonja Citrícola) aunque hay operaciones que llegan incluso a los 0,50 euros. Unas cantidades que invitan al optimismo, aunque siempre teniendo en cuenta que este año la cosecha será mucho más baja de lo normal y que los costes de producción siguen disparados. 

Una enfermedad que obligaría a mirar a la industria del zumo

Causada por el hongo Phyllosticta citricarpa, la mancha negra de los cítricos es una enfermedad que genera gran preocupación entre los productores de naranjas por su complejidad y difícil detección. La plaga genera unas marcas negras en la piel de la fruta y la hacen inservible para la venta en fresco. «La enfermedad si llega nos obligaría a reconvertir la producción para el zumo, un cambio con costes muy elevados para el sector», avisa el secretario general de la Unió. 

La enfermedad se transmite a través de esporas que son liberadas por las hojas afectadas que caen y se encuentran en fase de descomposición. Los árboles afectados presentan la caída prematura de los frutos, reducción del rendimiento y pérdida de valor comercial.

La mancha negra está presente en países como Sudáfrica, Argentina o Brasil y recientemente se detectó en naranjas procedentes de Egipto, un país que ha disparado las exportaciones de fruta fresca. 

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