El cura deja plantados a un bebé y a su familia en Castellón: compuestos y sin bautizo

Los padres del niño de 9 meses, invitados, fotógrafo… tuvieron que improvisar el bautismo en otra localidad con párroco disponible

Invitados en la puerta de la Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo que debía oficiar el sacerdote Joaquín Iturat (imagen superior)

Invitados en la puerta de la Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo que debía oficiar el sacerdote Joaquín Iturat (imagen superior) / Mediterráneo / Sant Mateu Cultura

El 9 de septiembre del 2023 es un día que siempre permanecerá en el recuerdo de Silvia Gómez y Martí Herrera. También será la fecha de una de las primeras anécdotas de vida de Biel, al que plantaron en la iglesia. No, no fue pareja despechada. Fue el cura. Y no era una boda. Se trataba del bautizo de este bebé de nueve meses. Sus padres no daban crédito a lo vivido la mañana de ese sábado.

Todo estaba atado para un día tan especial desde dos meses atrás, “en julio”, en la iglesia arciprestal de Sant Mateu, un precioso templo en un no menos precioso municipio castellonense. El escenario ideal. Pero lo que apuntaba a un día espectacular para Biel y su familia se fue tornando en borrasca.

El primer indicio de tormenta fue toparse con una escena inesperada. “Al llegar vimos que la puerta principal de la iglesia estaba cerrada”, cuenta Silvia, la madre del bebé. Atacada de los nervios, vio con incredulidad que dentro del templo donde tenía que celebrarse el bautizo se estaba realizando una visita guiada. Del cura encargado del bautismo, Joaquín Iturat, perteneciente al obispado de Tortosa, ni rastro.

“Nunca se nos pasó por la cabeza que no pudiera aparecer. Pensamos que era un simple retraso. Según los comentarios que escuchamos en el pueblo, no era la primera vez que pasaba”, relata Silvia, todavía alterada por el mal trago de ese sábado.

Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo que debía oficiar el sacerdote Joaquín Iturat (imagen superior)

Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo que debía oficiar el sacerdote Joaquín Iturat (imagen superior)

Pero no, no era un simple retraso. Pasaban los minutos, se demoraba notablemente la hora marcada para el acto religioso y mosén Joaquín, Ximo para la mayoría de los feligreses de Sant Mateu, la localidad donde tienen fijada su residencia Silvia, Martí y Biel, no aparecía.

Llamadas sin respuesta

Desesperados, los padres se dirigieron al ayuntamiento, en busca de ayuda. Allí les facilitaron el teléfono del cura. Martí, el padre del bebé que esperaba el bautismo, marcó su número. “En un primer momento atendieron la llamada, pero casi instantáneamente colgaron”, apunta la madre. “Después ya no hubo manera de que respondieran a las decenas y decenas de intentos de ponernos en contacto con el cura”, añade Silvia.

Varios invitados en la entrada de la Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo de Biel

Varios invitados en la entrada de la Iglesia arciprestal de Sant Mateu, escenario del frustrado bautizo de Biel / Mediterráneo

En la calle, imaginen la escena. Más de una treintena de invitados en la puerta de la iglesia, la mayoría de ellos desplazados desde varios puntos de Catalunya, como Barcelona, Mataró –la ciudad natal del padre de la criatura-- o Ulldecona. Y el fotógrafo, contratado expresamente para el bautizo, viendo como su trabajo se demoraba.

Invitado en la toma de posesión del obispo

Finalmente, Silvia y Martí tuvieron la confirmación de que el párroco Joaquín Iturat ni estaba ni se le esperaba. El sacerdote estaba ese sábado en Tortosa, donde Monseñor Sergi Gordo tomaba posesión como obispo de la diócesis. Había que buscar un plan B.

Ayudados por el empleado del ayuntamiento de Sant Mateu, empezaron a buscar alternativas. Otro cura en otro pueblo, y por supuesto que este no fuera ni la Salsadella ni Tírig, los otros dos municipios atendidos por el sacerdote Joaquín Iturat. Se sucedieron las llamadas hasta que, por fin, localizaron a un párroco disponible. Y no demasiado lejos, por suerte.

Bautizo en La Jana

Toda la comitiva del bautizo se montó en los vehículos y puso rumbo a La Jana. Allí, por fin aunque con varias horas de retraso, Biel recibió las aguas baptismales. Tras el acto religioso, oficiado por el párroco Cristóbal Zurita, regreso a Sant Mateu donde esperaba el banquete.

Biel, ya bautizado, con sus familiares en la iglesia de La Jana

Biel, ya bautizado, con sus familiares en la iglesia de La Jana / Mediterráneo

“Agradecemos a los responsables del restaurante La Farga la paciencia que tuvieron con nosotros. La comida estaba preparada para la una y media de la tarde. ¡Llegamos a las tres y media pasadas!”, cuenta, todavía visiblemente enfadada Silvia, que posteriormente envió mediante un correo electrónico sus quejas al obispado de Tortosa.

“Se podría haber gestionado mejor”

Mediterráneo también se puso en contacto con el obispado, mientras que de momento ha sido imposible, tras varias llamadas a la iglesia de Sant Mateu, entablar comunicación con el sacerdote Joaquín Iturat.

Desde el obispado apuntan que atenderán en cuanto les sea posible la queja de los padres de Biel y reconocen que “el asunto se podría haber gestionado mejor”. “Todos los curas no estaban en el acto de toma de posesión del Obispo y se podría haber encontrado a un sustituto”, explican fuentes del obispado de Tortosa, que entiende “el lógico enfado de la familia afectada”.