TESTIMONIOS TRAS EL PASO DEL CICLÓN

El terror en Burriana: "El huracán levantó una puerta de hierro y reventó las paredes de cristal. La gente corría y gritaba; parecía el fin del mundo"

Negocios y vecinos de Burriana intentan recobrar la normalidad tras el paso del virulento ciclón por el que la localidad ya ha pedido la declaración de zona catastrófica

Vídeo: Testimonios de Burriana explican los momentos de tensión vividos por el temporal

Manolo Nebot

Carla Mocete, de 30 años, natural de la Vall d'Uixó y monitora en SportPadel de Burriana, vivió con angustia el paso del ciclón este martes por la tarde. "Fueron unos 10 minutos, pero de locura. El viento levantó una gran puerta corredera de hierro y reventó el metacrilato de la pista de pádel. La gente empezó a correr y a chillar; fue un milagro que no hubiera heridos", recuerda la instructora deportiva, quien se resguardó en el baño con dos niños que lloraban desconsolados.

Raf Van Balas es el recepcionista del negocio y, como el resto de trabajadores, ha pasado las últimas horas limpiando y recogiendo escombros. "Fue como un tornado. Ahora lo recordamos como si fuera una película, pero en ese momento tuvimos miedo. Todo volaba: las sillas, las verjas, los cristales...", ha explicado el día después del suceso en conversaciones con Mediterráneo.

Por su parte, el propietario de SportPadel Burriana, Ramón Peris, ha gestionado el siniestro con el seguro. "Ahora es tiempo de valorar todos los daños. Solo una pista de pádel como estas vale unos 20.000 euros", apunta.

Un trabajador de SportPadel Burriana limpia los destrozos en la instalación.

Un trabajador de SportPadel Burriana limpia los destrozos en la instalación. / MANOLO NEBOT ROCHERA

Aida Segura, Gasolinera Galp: "Una estructura de hierro enorme volaba como si fuera papel"

Aida Segura es la encargada responsable de la gasolinera Galp de Burriana y vecina de la localidad. Recuerda que el vendaval arrancó las paredes de los boxes de lavado y destrozó el túnel de lavado. "Un coche acabó en una acequia y una estructura de hierro enorme, que tenemos llena de sacos de serrín, voló como si fuera de papel", relata a este diario la jefa de la estación de servicio, que tilda de "catastrófico" el episodio meteorológico.

Aida Segura, encargada de la gasoliner Galp, muestra los daños por el ciclón.

Aida Segura, encargada de la gasoliner Galp, muestra los daños por el ciclón. / MANOLO NEBOT ROCHERA

Mercedes Palau, vecina de Burriana: "En mis 77 años de vida nunca vi nada igual"

Mercedes Palau tiene 77 años y es vecina de la calle Sant Doménech. Asegura que no recuerda nada igual en Burriana y dice haber sentido verdadero miedo. "Vivo en una planta baja y el agua me entró en casa. Hacía muchísimo viento y tuvimos que cogernos a barrotes y farolas en la calle para no salir volando. Esto ha sido algo insólito", relata la mujer, mientras conversa con una amiga a las puertas de su vivienda.

Mercedes Palau, de 77 años, admite que sintió verdadero miedo ante el vendaval.

Mercedes Palau, de 77 años, admite que sintió verdadero miedo ante el vendaval. / MANOLO NEBOT ROCHERA

Óscar Bernad, de Suministros Tomás: "El viento tiró un muró de hormigón; parecía que se acababa el mundo"

Óscar Bernad, de Suministros Tomás Beltrán, recoge este miércoles los desperfectos causados por el ciclón en la empresa de Burriana donde trabaja. Allí, el viento tiró un muro de hormigón. "Cayó mucho granizo, entraba agua a rachas y los desagües se taponaron por completo", cuenta el empleado tras lo ocurrido. "Parecía que se acabara el mundo verdaderamente", señala.

Destrozos en las instalaciones de la empresa de suministros industruales Tomás Beltrán.

Destrozos en las instalaciones de la empresa de suministros industruales Tomás Beltrán. / MANOLO NEBOT ROCHERA