El ‘covid de las vacas’ continúa al alza en Castellón y se extiende a l’Alcalatén

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), más conocida como el covid de las vacas, sigue preocupando y no poco a los ganaderos de Castellón. Y eso que la situación en la provincia poco tiene que ver con la que se vive en comarcas de Zamora, Salamanca o Ávila, donde la cifra de animales muertos por un virus que ataca fundamentalmente a vacas y ciervos se cuentan por decenas, lo que ha obligado a la Conselleria de Agricultura y Ganadería de Castilla y León a lanzar una línea de ayudas directas para las algo más de 3.200 explotaciones de la región afectadas

Aunque en Castellón el panorama no es tan desolador, la realidad es que la EHE sigue expandiéndose y afecta cada vez a un número más alto de comarcas. Esta misma semana el Ministerio de Agricultura ha confirmado un nuevo foco en explotaciones de l’Alcalatén (el primero en esa zona) y que se une a los casos detectados en Els Ports y el Maestrat. En estas dos comarcas, y según datos recientes de la Conselleria, se han detectado casos en 16 explotaciones de vacuno y bovino.

La enfermedad ya ha saltado a l’Alcalatén, pero en Els Ports la preocupación sigue siendo máxima. Esta comarca concentra buena parte de las explotaciones de vacuno de Castellón y tanto los ganaderos como los veterinarios consultados estiman que en prácticamente la totalidad de las explotaciones hay casos o los ha habido. «Aquí nadie se ha salvado», aseguran en el sector.

Las cifras que se manejan a pie de granja no coinciden con la estadística que maneja la Administración y la clave está en que los ganaderos afectados no siempre comunican los casos sospechosos y eso que la EHE es de obligada declaración a las autoridades. La Conselleria es consciente de ello y a través de la Dirección General de Producción Agrícola y Ganadera, insiste en la necesidad de que los propietarios de las granjas hagan pública cualquier sospecha.

Aunque el índice de mortalidad es bajo, los animales afectadas suelen tener síntomas que van desde llagas en la boca hasta problemas de movilidad en las articulaciones e incluso abortos en el caso de reses preñadas. «La boca se pone en carne viva y algunos tienen diarrea hemorrágica, por lo que es más complicado salvarlos», describen fuentes veterinarias.

Carta al ministro

Ante el avance de la enfermedad en todo el país, el conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, ha dirigido una nueva carta al ministro Luis Planas, en la que le reitera la necesidad de convocar una reunión urgente con las comunidades autónomas para tratar «la grave situación a la que se enfrentan los ganaderos» y abordar las posibles medidas a adoptar para hacerle frente.

Y es que pese a que la enfermedad no supone ningún tipo de restricción al consumo de productos de estos animales (leche, carne...), el ganadero tiene que hacer frente a importantes gastos tanto para tratar de curar a las reses como para aplicar insecticida repelente y eliminar los mosquitos, el insecto que transmite el virus. 

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