Mayores de 20.000 habitantes

Los grandes municipios de Castellón cumplen y solo dos carecen de plan antisequía

Cinco localidades dan luz verde al documento en el último año

Imagen del estado en el que se encuentra el embalse de Ulldecona, actualmente al 9,8% de su capacidad total.

Imagen del estado en el que se encuentra el embalse de Ulldecona, actualmente al 9,8% de su capacidad total. / MEDITERRÁNEO

Iván Checa

Iván Checa

La lluvia sigue pasando de largo por Castellón, más allá de pequeños chubascos, y agrava la situación de sequía que deja ya a dos sistemas hídricos, en el norte provincial y el Palancia, con la emergencia declarada por escasez. Los ocho grandes municipios de la provincia deben contar con una estrategia diseñada para responder en estos casos y, por lo general, se han puesto las pilas en el último año y cumplen.

El Plan Hidrológico Nacional obliga desde su aprobación en el 2001, hace más de dos décadas, a disponer de un plan de emergencia (PEM) contra la sequía a las localidades con una población de más de 20.000 habitantes.

Las poblaciones

Los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) facilitados a este diario muestran que seis de las ocho poblaciones castellonenses de dicho tamaño disponen de la exigida estrategia, es decir, el 75% del total cumple. Han hecho los deberes, en concreto, Almassora, Benicarló, Burriana, Castelló, la Vall d’Uixó y Vila-real. Ahora bien, la mayoría de dichas ciudades se pusieron las pilas durante el año pasado, pues como recogió este diario solo la capital de la Plana había aprobado ya su documento con anterioridad a marzo del 2023.

Por el contrario, Onda y Vinaròssiguen a día de hoy sin sacar adelante su plan, dándose la circunstancia de que la capital del Baix Maestrat se ubica precisamente en uno de los sistemas con la emergencia por sequía activa.

La utilidad de la herramienta

¿Y para que sirve esta estrategia? La CHJ detalla en una completa guía que el documento recoge tanto la relación de bienes e infraestructuras hídricas, como las demandas existentes en el municipio. También identifica los riesgos existentes y planifica las acciones a adoptar en cada escenario ante una situación de emergencia por sequía y a quién compete cada una de las medidas a aplicar.

La administración municipal, en este sentido, juega un papel protagonista en la concienciación de los vecinos con campañas de ahorro de agua, como ya han hecho algunos alcaldes del Palancia o el Maestrat, así como en la reducción de usos prescindibles en una coyuntura de escasez.

Es tal la importancia de esta herramienta, que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha llegado a remitir misivas en los últimos días a diferentes ayuntamientos de la Comunitat Valenciana instándoles a ponerse al día con el documento. 

Y es que el grado de cumplimiento en el resto de la autonomía es todavía inferior al de Castellón. Solo 35 de los 66 consistorios valencianos con más de 20.000 habitantes disponen de su plan. Es decir, la mitad de las grandes ciudades de la Comunitat lleva sin estrategia de emergencia por sequía más de veinte años

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