CD CASTELLÓN

La crónica | El Castellón de Schreuder ya funciona desde el inicio (1-2)

Los albinegros pasan de unos primeros brillantes 70 minutos a temer por el empate en el alargue

Los jugadores del Castellón celebran el primer gol orellut.

Los jugadores del Castellón celebran el primer gol orellut. / CD Castellón

Juan Francisco de la Ossa

Juan Francisco de la Ossa

El Castellón toma velocidad al ritmo de un fútbol vertiginoso que, con todo, no le exime de sufrir, sobre todo si desperdicia tantas ocasiones como en Melilla. Del 0-2 (que ya era un resultado corto), los albinegros regresaron con los tres puntos, tras unos malos 20 minutos finales que resucitaron a los locales, que hasta rozaron el 2-2 en el minuto 95. Hubiera sido un castigo desproporcionado, después de 70’ realmente esplendorosos.

Si el partido debía responder a la pregunta sobre si la rompedora propuesta de Dick Schreuder es exportable también lejos de Castalia, la contestación es un rotundo sí. Los primeros 18 minutos son para verlos una y otra vez, en un fútbol que sí, que es en la tercera categoría en España, pero por el que vale la pena pagar un abono, una entrada o la suscripción a la plataforma de emisión de la Primera Federación. Media docena de ocasiones, de todos los colores ante un Melilla que seguramente va venía aleccionado por el Castellón-Málaga, pero que era incapaz de contener semejante avalancha.

El neerlandés solo tocó el equipo lo imprescindible, con Jesús de Miguel por Raúl Sánchez arriba y la llamativa titularidad para Vertrouwd, recién llegado. Schreuder le dio el carril izquierdo al chaval de 19 años, con lo que fue Salva Ruiz quien ejerció de central por la obligada ausencia de Óscar Gil. Con el 33 en la espalda, definió con un remate que dio en el larguero y botó dentro (sin discusión) antes de un retroceso fruto del efecto, haciendo bueno el servicio en largo ¡de Gonzalo Crettaz! Un gol, un golazo en realidad, que viene a demostrar los múltiples registros ofensivos del Castellón.

Hasta la vaselina de Jozhua al filo de la media hora, José Salcedo había abortado una doble oportunidad de Isra Suero antes del segundo minuto y otra a De Miguel. Por no hablar de otra acción clarísima del futbolista forjado en el fútbol alemán y una también que increíblemente no acabó dentro de Haris Medunjanin.

El 0-1 serenó al Castellón y fue responsable de la tímida e inocua reacción del Melilla, sin un plan más allá de buscar a Vinícius Tanque, el delantero brasileño que adorna su nombre con este mote para que no le confundan con el estilista paisano suyo del Real Madrid. Como su apellido indica, es un 9 de área, que peleaba sin éxito por bajar alguna pelota. Pero Gonzalo, a diferencia de lo que le había pasado ocho días atrás, todavía no había sido sobresaltado.

Otro golazo

El paso por el vestuario le sentó mejor a los azulinos, que incrementó su sensación de peligro de la mano de Sergio Pérez, el recién ingresado. Aún sin apuros, así que las malas noticias llegaban en forma de lesión de Cristian Rodríguez, que dejaba su sitio en el cuarto de hora de la segunda mitad, más sosegada que su predecesora. Eso fue hasta que Dani Villahermosa, que había relevado al jerezano, en el primer balón que tocó como orellut, se inventó un pase maravilloso que, esta vez sí, Suero convirtió en gol para el clarificador 0-2.

No estaba el encuentro ganado. A ello contribuyó Crettaz, que redondeó su tarde-noche, que había arrancado con la asistencia en el primer tanto, deteniendo a Dani García que Iago Indias le había hecho a Sergio Pérez en un desliz.

La enorme exigencia física, el desgaste al que les somete el sargento Schreuder, se cobró una segunda víctima: Salva Ruiz. Al menos sirvió para ver a Daijiro Chirino, el internacional por Curazao.

Y después de la exhibición, después de poder ir perfectamente 1-8 o 1-9, hubo que sufrir. Dani García se resarció del penalti fallado clavando un libre directo cerca de la escuadra de Crettaz.

Una lección que hay que extraer es que ni siquiera los partidos que parecen ya ganados, porque con el 0-2, y la insultante sensación de superioridad, dan para cantar victoria antes de que el árbitro pite el final. Pudieron volar dos puntos en el 95, cuando Dani García se encontró sorprendentemente solo en el corazón del área no conectó con limpieza su remate y el balón se fue arriba.

Dos de dos. Este proyecto ya 100% de Haralabos Voulgaris funciona desde el principio con el Castellón colíder... y con la sensación de que puede dar más de sí.