Primera RFEF | Óscar Gil Futbolista del CD Castellón

Entrevista | Óscar Gil: «Cada vez nos analizan más, pero el Castellón va a volver a su mejor nivel»

El Castellón anunció la semana pasada la renovación de Óscar Gil. El futbolista navarro, formado en la cantera del Athletic de Bilbao, atraviesa a sus 28 años un momento de madurez en su carrera. En su segunda temporada en Castalia, el exjugador de Oviedo, Atlético Baleares, Amorebieta y Racing de Santander, busca su tercer ascenso a Segunda División.

Óscar Gil, en el centro de entrenamiento de Orpesa.

Óscar Gil, en el centro de entrenamiento de Orpesa. / Gabriel Utiel

Enrique Ballester

Enrique Ballester

La derrota del Ibiza en Linares endulzó la resaca del traspié en Mérida del Castellón, que seguirá una semana más en lo alto de la tabla. El club albinegro anunció recientemente la renovación de Óscar Gil (Peralta, 1995), que prolongó su contrato hasta 2025. El futbolista navarro es uno de los preferidos de Dick Schreuder, que lo está empleando con frecuencia tanto de central como de pivote.

Hace poco esta entrevista habría sido algo diferente. ¿Qué está ocurriendo en las últimas jornadas? 

Los rivales cada vez nos ven más, nos analizan más, e incluso cambian su manera de jugar para nuestros partidos. La situación está complicada (son tres partidos sin ganar), pero creo que en el equipo nos hemos ganado el derecho a tener ese crédito. El equipo va a volver a su mejor nivel. Solo tenemos que trabajar, estar unidos y que la gente confíe. Lo demás es cosa nuestra.

¿Cómo se adaptó al estilo de juego que exige Schreuder?

Cuando llegaron, en verano, hicieron unas charlas individuales donde más o menos te contaban su idea de juego, y cómo la enfocaban con las características de cada jugador. En mi caso, en esa posición de central, debía pasar de jugar a 20 metros de tu portería y con los 11 del equipo cerca, a estar en un mano a mano constante con 50 o 60 metros a la espalda, arriesgando más, siendo valientes. Enseguida consideré que tengo la capacidad para llevar a cabo lo que piden. De hecho, estoy cómodo, y la sensación que tengo jugando es de disfrutar, lógicamente siempre desde la exigencia de estar superexpuesto.

Dick y su cuerpo técnico es gente que vino de otro país, con nuevas ideas, y el primer día nos chocó a todos. Te lo explican, pero estás acostumbrado a jugar de una manera... y sinceramente pensamos que era una locura. Pero el míster siempre nos dijo que iba a ser un proceso. Los resultados en pretemporada, quitando de un par de partidos, fueron malos, pero se veía que íbamos moldeando la idea que queríamos. El míster siempre nos transmitió la tranquilidad de que el resultado iba a llegar y, casualidad o no, llegó la primera jornada de Liga y ganamos. 

El impacto inicial fue tremendo.

Es que a nivel de sensaciones, también, el equipo ha mostrado en muchos partidos mucha superioridad. También los rivales estaban acostumbrados a otra cosa y sobre todo primeros partidos les pillamos de imprevisto, nadie sabía como queríamos jugar.

En el partido contra el Castilla, por ejemplo. A la media hora íbamos 3-0 o algo así y hubo un momento en el campo, con medio estadio de pie, un córner a favor... te da la sensación de que ni estás pensando en cómo jugar, por el nivel de confianza o el trabajo realizado, salía todo solo. También a nivel físico en pretemporada nos metieron muchísima caña, sufrimos mucho, pero empezó la competición y los rivales no te seguían. Eras superior por disposición en el campo y además ganabas cada duelo, cada sprint... 

A veces estoy en centro del campo con el delantero rival, y es verdad que estás en una situación extrema, uno contra uno y 60 metros a mi espalda, pero veo a mis compañeros atacando y lo estoy disfrutando, la sensación es ‘hacedlo’. Luego el problema es que montan una contra y estamos uno o dos (risas), pero la sensación es que estamos haciendo lo que toca. Si me das a elegir, prefiero asumir el riesgo y exponerme.

Óscar Gil, junto al campo principal de entrenamiento, en Orpesa.

Óscar Gil, junto al campo principal de entrenamiento, en Orpesa. / Gabriel Utiel

Es una misión poco agradecida. Puedes ganar diez duelos, pero si fallas en uno sales en la foto.

Es así, pero después de los años que llevo jugando, tengo las espaldas anchas. Con 19 años a lo mejor perdía un balón y se me venía todo abajo. Al final es aceptar esa responsabilidad. Nadie va a ganar el 100% de los duelos. Me toca estar expuesto, pero todos sabemos la idea que tenemos y el equipo va a una dirección, y el equipo sabe que le beneficia más estar uno para uno atrás y todos atacando, que cuatro contra uno y pierdes todas las segundas jugadas. Asumo la responsabilidad, aunque a veces salga en la foto, porque sé que es bueno para el equipo.

Schreuder le alabó en rueda de prensa. Destacó su «mentalidad» y su labor ejemplar con los jóvenes.

Es de agradecer. Siempre he tenido una mentalidad ambiciosa y he querido ganar, aunque a veces quizá no lo enseñe mucho con mis gestos, pero esa ambición la tengo. Este año además el míster es el primero, lo ves y se contagia. Hay partidos que hemos ganado y después la lectura interna es que debemos mejorar. Eso es mentalidad de equipo ganador y por eso estamos donde estamos.

Con los jóvenes, es un proceso. En el fútbol y también en la vida. Todo el mundo toma decisiones con 15 años que las ves con 30 y dices ¡madre de dios, qué hice! Para llegar a este momento, con 28 años, también he tenido momentos jodidos, lo he pasado mal, he tomado decisiones que han marcado mi carrera. Ahora, desde mi experiencia, puedo hablar a los jóvenes. Jozhua, Daijiro... son buenos chavales. Es una responsabilidad bonita. Recuerdo cuando era joven y se agradecía la cercanía de los que llevan más tiempo, y en este caso se añade que están en otro país y con otro idioma.

-Hábleme de esos "momentos jodidos". ¿Se arrepiente de algo?

Arrepentirme no, porque al final de todo se aprende. Precisamente, de los años malos o de las decisiones malas es de lo que más he aprendido. Son procesos que hay que pasar. Con 18 años podía jugar un partido, hacer 27 acciones buenas y una mala y estar toda la semana dándole vueltas a la mala. Y al siguiente partido hacerlo bien y seguir pensando en la mala de la vez anterior. Al final, son cosas que vas aprendiendo a gestionar. No es que ahora no le dé importancia, pero aprendes a relativizar. Lo que intento ahora es dar el 100% siempre y con independencia del resultado la conciencia está tranquila. 

Intento disfrutar del camino. Me he dado cuenta de que liberándote de esa autopresión rindes mejor. Hubo un momento, hace años, en el que me di cuenta: tuve ansiedad. Llamé a mi padre y le dije ‘por favor, ven aquí, que esto se nos cae’. Hoy en día se ha normalizado mucho más el cuidado de la salud mental y me parece perfecto. Superar todo aquello, aunque me haya costado años y darte cuenta, ha hecho que ahora disfrute todo mucho más y le dé al fútbol la relevancia que tiene. No más.

Óscar Gil conduce un balón durante el encuentro ante el Mérida.

Óscar Gil conduce un balón durante el encuentro ante el Mérida. / CD CASTELLÓN

¿Es este el equipo en el que más está disfrutando?

En cuanto al juego que estamos haciendo, la manera que tenemos de jugar... sin duda, sí. Por lo imprevisibles que somos. En un momento, puedo bajar a la defensa para sacar el balón, luego ir al medio, luego ir de interior y que otro coja mi posición...  

He estado en equipo muy buenos, en ascensos, y en Segunda tienes el aliciente de que juegas contra uno y otro, Stuani o tal, y los ambientes, pero aquí tienes la sensación de estar sometiendo al rival. Por nivel puede ser el mejor equipo en el que he estado (en su correspondiente categoría). También somos conscientes de que individualmente somos buenos jugadores y te autoexiges ser superior. Esto no tiene nada que ver a otros equipos en los que he ascendido. Es completamente diferente. 

Está jugando de todo. ¿Dónde está más cómodo?

-En juveniles, en la época de la selección (sub-19) jugaba de mediocentro. Por necesidades, en el Athletic después decidieron que me amoldara a jugar de central. Todos queremos jugar te pongan donde te pongan. Empecé también este año en la defensa por la izquierda. Según pasaron las jornadas entendimos mejor cómo acoplar la idea de cada posición en cada momento. De central obviamente estoy más cómodo, pienso que desde ahí tengo la capacidad para decidir qué necesita el equipo en cada momento. 

¿Qué le llevó a aceptar la renovación?

Estoy en un sitio que considero ideal ahora mismo por muchas condiciones. Estoy contento. El club tiene marcado un camino muy especifico y lo estoy disfrutando. He tenido la suerte de estar en Segunda o Segunda B en equipos punteros, pero es verdad que el Castellón, sobre todo en el día a día, en las facilidades para trabajar... está ahora quizá un peldaño por encima. Es un motivo más para elegir seguir aquí. Desde que llegué, a nivel de infraestructuras, la plantilla... el salto ha sido muy grande. Los primeros meses estábamos en Castalia e ir a Orpesa mejoró todo. Desde dentro enseguida ves que el club quiere crecer.

He de preguntarle por el duelo con el Ibiza por la primera plaza.

Lo puedes enfocar de dos formas. Una es pensar que si no estuvieran ellos lo tendríamos más fácil. La otra es bonita, como la historia del deporte: Nadal fue mejor gracias a Federer, Messi por Cristiano... tomarlo como un reto. Asumir que van a estar ahí, en una bonita pelea, competirlo y disfrutarlo, como algo que nos va a hacer mejores y que si conseguimos el ascenso, nos sabrá mejor todavía.