Cítrics de Nules, oficialmente en concurso de acreedores: Los socios podrán recolocar sus naranjas

El pasado martes, 19 de septiembre, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón aprobó el concurso de acreedores solicitado de forma voluntaria por Cítrics de Nules hace casi un mes.

Una vez conocida la decisión del consejo rector de liquidar la empresa --notificada a la asamblea el 29 de agosto--, a los socios ya solo les quedaba aguardar esta formalidad, porque acerca la obtención de la carta de libertad para vender sus naranjas como consideren más oportuno para sus intereses.

La desvinculación no es automática. Como han informado expertos consultados, en estos momentos solo el consejo rector puede liberarlos de sus compromisos como cooperativistas, algo acuciante para los socios, porque la temporada de las clementinas empieza estos días y, a fecha de hoy, siguen sin poder dar salida a su producción. Su futuro a corto plazo, por tanto, está en manos de los aún responsables de la entidad. 

Liquidar por inviabilidad

La resolución judicial supone que el administrador concursal, nombrado en el mismo edicto que da inicio a los trámites, «interviene la administración y la disposición del patrimonio», pero no va a producirse la sustitución al frente de la empresa, eso sucederá cuando se abra la liquidación o cese la actividad, un hecho que se producirá en cuanto, tras estudiar toda la documentación, se advierta que no hay viabilidad, que será el desenlace más probable, a no ser que haya una milagrosa aportación de capital. Para la toma de esa consideración no hay plazos y varía dependiendo del proceso concursal.

 A los acreedores ya se les ha informado de que pueden «efectuar la comunicación de sus créditos» para que se evalúe la futura liquidación de la cooperativa.

Según la información facilitada por el consejo rector a los socios, Cítrics de Nules acumulaba a fecha de solicitud del concurso una deuda de 21 millones de euros y el patrimonio total está calculado en torno a los 19 millones. De ese montante, 14 millones es deuda con los bancos y algo más de 6 millones con proveedores.

De forma complementaria se planteó un ERE para el 100% de la plantilla, que se empezó a negociar hace varias semanas. La norma en los procesos concursales es que los primeros en cobrar su deuda sean los trabajadores, pero en este caso no existían cantidades pendientes, por lo que los despidos y las indemnizaciones quedarán en manos del Fogasa.

Espera desesperante

Y mientras la burocracia va a su ritmo, los socios se desesperan. Bien lo saben en la Oficina del Defensor del Agricultor, donde están recibiendo a muchos de los afectados. El abogado contratado por el Ayuntamiento de Nules está atendiendo diversas consultas, sobre todo sobre cómo y cuándo podrán vender una producción que, a estas alturas, ya debería estar comprometida.

Existe constancia de que algunos agricultores ya han firmado contratos condicionados a lo que se resuelva durante el procedimiento concursal iniciado.

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