La ofrenda a los patronos marca el comienzo del triduo religioso en la Vall

Las emociones de estos tres días, inaugurados por el Día de la Trasladación, van transmitiéndose entre distintas generaciones

Las festeras y la reina, a su paso por la plaça del Centre en el desfile previo a la ofrenda a la Sagrada Familia

Las festeras y la reina, a su paso por la plaça del Centre en el desfile previo a la ofrenda a la Sagrada Familia / Vicent Talamantes

Las emociones que generan los actos religiosos en las fiestas patronales de la Vall d’Uixó son una herencia que se transmite de generación en generación.

Así se dejó sentir en el inicio del triduo devocional que caracteriza, año tras año, a las celebraciones de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo, que ayer vivió el Día de la Trasladación, que incluyó la participativa ofrenda a la Sagrada Familia.

La alcaldesa y el edil de Fiestas acompañaron a la comisión y vecinos de la ciudad en el inicio del triduo religioso

La alcaldesa y el edil de Fiestas acompañaron a la comisión y vecinos de la ciudad en el inicio del triduo religioso / Vicent Talamantes

Estos tres días centrados en las expresiones públicas de fe, el ya mencionado de la Trasladación, el de la Sagrada Familia y el del Santísimo Cristo, siempre están en boca de quienes representan a las fiestas de un modo y otro.

Tradiciones populares

Rara es la ocasión, por ejemplo, en la que un mantenedor no los menciona en su discurso en la presentación de la reina. El de este año no fue una excepción, el científico Manuel Moliner recordó en especial las procesiones y aportó esa connotación sentimental que trasciende incluso el aspecto religioso, el mencionar que su abuela «preparaba una montonà de cocas para la gente que venía a cenar al piso de la plaza del Ángel para ver entrar las procesiones en la iglesia y hacer después tertulias infinitas hasta bien entrada la madrugada», o cuando en familia iban a recoger los cirios para las procesiones «a un pequeño comercio del barrio del Carmen en València con mucha ilusión».

El mantenedor, Manuel Moliner, remarcó la connotación sentimental de los festejos populares

El mantenedor, Manuel Moliner, remarcó la connotación sentimental de los festejos populares / Vicent Talamantes

Esas emociones se reprodujeron de nuevo, como tantas y tantas veces, en los mismos escenarios o similares y con distintos protagonistas. Niños y mayores que ofrendaron a la Sagrada Familia y participaron en la procesión posterior con el Santísimo bajo palio, para rememorar los orígenes de unas fiestas populares que siguen sumando historias.