PODRÁ VISITARSE EN MADRID HASTA EL 14 DE ENERO
Abren en el Museo del Prado la exposición con la 'joya' de "una parroquia perdida en un pueblo de Castellón"
El comisario de la muestra destaca la importancia de la pieza de la Natividad
R. D. M.
La exposición temporal El espejo perdido. Judíos y conversos en la España Medieval ha abierto sus puertas este martes (aunque la inauguración oficial tuvo lugar el lunes), en el Museo del Prado de Madrid. Unas 69 obras --tanto de España como de otros países-- se muestran en la sala C del edificio Jerónimos, entre ellas el conocido retablo de la Institución de la Eucaristía de la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora de Villahermosa del Río.
Entre otras autoridades que han acudido al acto, la más destacada fue la de la presidenta del Congreso, Francina Armengol.
El comisario de la exposición y también jefe de departamento de Pintura Gótica Española del museo, Joan Molina, ha puesto en valor durante la apertura el «discurso visual» que se aprecia en las piezas expuestas y «cómo esas imágenes estimularon los intercambios entre cristianos y judíos, pero también cómo contribuyeron decisivamente a difundir el creciente antijudaísmo que anidaba en la sociedad cristiana».
El que fuera ministro, secretario general de la OTAN y actualmente presidente del Real Patronato del Museo del Prado, Javier Solana, ha destacado que «hay que valorar el esfuerzo que supone traer piezas de lugares tan dispares. Hay obras de grandes museos, pero hay otras que han venido de lugares más recónditos, como es el caso de un retablo en una parroquia perdida en un pueblo de la provincia de Castellón», en referencia a Villahermosa.
Al acto de presentación también ha asistido en representación de la parroquia y de la Delegación de Patrimonio Cultural de la Diócesis de Segorbe-Castellón, Héctor Gozalbo, quien ha señalado «la importancia para nuestro pueblo de que esta pieza forme parte de esta exposición, en uno de los museos más importantes del mundo».
600 años de historia
«Es un retablo con más de 600 años de historia que ha escapado a guerras y revoluciones. Es toda una catequesis sobre la Eucaristía y es un orgullo tenerlo y conservarlo en un pueblo como Villahermosa», expuso Gozalbo.
La obra permanecerá en el Prado hasta el 14 de enero. Después se trasladará al Museu Nacional d’Art de Catalunya, segunda sede de la exposición.
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