HISTORIA CON FINAL FELIZ

Milagroso rescate: Una familia de Castellón salva a un perro de morir ahogado

El animal estaba sumergido en una balsa de riego de un metro y medio de profundidad, llena de agua

El desenlace de esta historia tiene un doble final feliz, además del que supone salvar una vida

Una familia de Almassora descubrió que un perro luchaba por sobrevivir sumergido en una balsa.

Una familia de Almassora descubrió que un perro luchaba por sobrevivir sumergido en una balsa. / Elena Ivascu

Son difíciles de encontrar a veces, pero las historias que podrían haberse escrito como dramas y acaban convirtiéndose en relatos de humanidad y generosidad están en la calle al igual que las malas noticias. Parece que trascienden menos, porque suelen ser discretas y anónimas, aunque merecen ser contadas. Esta es la historia de un perro del que desconocemos su nombre, aunque no su suerte, porque tuvo mucha al encontrarse con una familia de Almassora.

Eran las tres de la tarde de este sábado. Elena Ivascu detectó que sus perros «estaban alterados y ladrando hacia los huertos que hay detrás del maset». Relata que oyeron a otro animal ladrar mucho. En principio no le dieron más importancia hasta que, al no parar, se asomaron «y fue cuando, a unos cuantos metros, vimos como salpicaba el agua de una balsa de riego». Elena salió corriendo en esa dirección con sus hijos y encontraron al perro luchando por salir de dentro de una balsa de un metro y medio, más o menos, llena de agua.

«Llamamos a la policía, pero como tardaban, fuimos a por una escalera y lo sacamos». Ya en el exterior comprobaron como, a parte de exhausto, en su lucha por sobrevivir se había herido las patas. La familia de Elena lo acogió en su casa, donde le dieron cobijo y cariño, además de cuidados.

La familia de Almassora acogió al perro en su casa, lo alimentó y estuvo cuidándolo hasta que apareció el dueño.

La familia de Almassora acogió al perro en su casa, lo alimentó y estuvo cuidándolo hasta que apareció el dueño. / ELENA IVASCU

Este domingo se reencontró con su dueño, que había ido de casa en casa preguntando por él. Según les explicó, le habían entrado a robar y «cree que tuvieron que drogar al perro, se llevaron un cachorro, entre otras cosas».

Así se escriben las noticias, tanto las buenas como las malas. Las cosas esta vez fueron así y no de otro modo para propiciar el mejor final. Los perros de Elena pudieron no haber ladrado, pero lo hicieron. Ella podría haber ignorado las llamadas de auxilio, pero no lo hizo, y así escribieron esta historia de segundas oportunidades

El peligro de las balsas

Hay otra visión de lo sucedido. En más de una ocasión, en idénticas circunstancias el desenlace ha sido bien distinto. No son pocas las denuncias por parte de vecinos, asociaciones protectoras y profesionales como policías y agentes medioambientales, que inciden en que todas las balsas de riego deberían estar cubiertas para evitar estos accidentes. Cuando un animal --en alguna ocasión también ha sucedido con personas-- cae en el agua, no hay manera de que pueda salir y acaba muriendo ahogado.