La polémica sobre la retirada de la Cruz de los Caídos del parque Ribalta de Castellón, en cumplimiento de la ley de memoria histórica, vuelve a estar de actualidad tras la presentación de una enmienda al pleno de mañana por parte del grupo municipal socialista a la moción de Castelló en Moviment, que solicita su eliminación. Y es que el equipo de Amparo Marco va más allá y ahora exige que se quiten todos los vestigios franquistas existentes en la capital de la Plana.

Un rastro que en la ciudad se materializa en unos 14 tras haber retirado tres de ellos. Sin embargo, en la provincia llegan al menos a 40, a pesar de haberse quitado una veintena en los últimos dos años y medio --representa un tercio menos de los vestigios que hacían referencia a la época de Franco--. Una cifra constatada por este diario a partir del informe Simbología franquista en la provincia de Castellón realizado en abril del 2016 por parte del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, aunque actualizada por parte del periódico Mediterráneo a fecha de ayer después de consultar diversas fuentes.

PLACAS, CALLES... / Se trata de placas, escudos y nombres de calles y avenidas de alcaldes de la época de la dictadura en su mayoría, de los que los ayuntamientos decidieron prescindir en cumplimiento con la ley aprobada en diciembre del 2007. Hay otros elementos de este tipo que aún permanecen en fachadas de iglesias o en comunidades de propietarios particulares, ya que en ambos casos son estos los responsables de su retirada o no.

Ejemplo de algunas reminiscencias que aún quedan en la provincia es la avenida Ferrandis Salvador en Benicàssim, el monumento conmemorativo a los caídos en el cementerio de l’Alcora o la placa en homenaje a los caídos en la iglesia arciprestal de Vila-real. En cambio, la Vall ha retirado los nombres de las calles dedicadas a todos los alcaldes franquistas, así como el escudo de Correos y la cruz. Peñíscola cambió los viales que hacían referencia al caudillo y a Primo de Rivera, mientras en Segorbe variaron la nomenclatura de las calles Santiago Martín y Valentín Galarza. En cuanto a la ciudad de Castellón, permanecen las vías Santos Vivanco y Traver Tomás, así como la placa en el grupo de viviendas 14 de Junio; y se eliminó la plaza Fernando Herrero Tejedor (hoy en día, Antonio Ferrandis), la placa del IES Joan Baptista Porcar y han difuminado, hasta su práctica inexistencia, unos símbolos franquistas en la conocida la iglesia de San Agustín.

¿Pero QUÉ DICE LA LEY? / A este respecto, el artículo 15.1 de la ley de memoria histórica reitera textualmente que «las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura», detalla.

No obstante, el texto no determina el plazo para quitar estos símbolos y la nueva ley ya se encuentra en trámite parlamentario. Y acogerá, entre otras medidas, según explicó el senador de Compromís Carles Mulet, que el Estado se haga cargo del coste de las exhumaciones, contemplará sanciones y un plazo de un año para materializar la eliminación de todo rastro que haga referencia al caudillo Francisco Franco. Según los datos que maneja del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, los represaliados de la provincia fueron 971.

Informan P. Rodríguez, E. Bellido, Mª J. Sánchez, J. Nomdedéu, M. Mira, B. Roig, J. Martí, R. Martín y J. Carda.