El pasado martes tuve el placer de intervenir, junto a José Luis Valencia y Víctor Navarro, en una charla sobre el futuro de la economía provincial de Castellón en el Aula Isabel Ferrer. Durante dos horas discutimos sobre lo divino y lo humano, llegando a varias conclusiones interesantes.

La primera fue que la exportación de azulejos y cítricos sigue siendo el puntal sobre el que gira gran parte de nuestra economía. Y que así seguirá siendo durante mucho tiempo. La industria azulejera ha demostrado su saber hacer al superar una crisis que otros sectores, en otros lugares de España, no han logrado vencer.

LA SEGUNDA idea que compartimos los tres ponentes fue que tanto la Universitat Jaume I como Port Castelló, con Vicent Climent y Paco Toledo al frente, han ayudado, ayudan y ayudarán, y de qué manera, al desarrollo de esta tierra. Sin su empuje, nada sería igual.

En tercer lugar vimos la enorme potencia, tanto productiva como generadora de empleo, del polígono del Serrallo. Energía, materias primas, productos químicos, etc, nacen del trabajo realizado por las empresas allí situadas, colocando a Castellón al frente de un sector estratégico para el país.

DICHO esto, las carencias de nuestra provincia son evidentes. Hacen falta más y mejores infraestructuras. Una autovía que recorra de forma gratuita la provincia, de norte a sur, y un ferrocarril para transporte de mercaderías que se hace tan necesario como el aire que respiramos.

*Escritor