Opinión | LA RUEDA

Cambio de género

Una australiana ha denunciado al psiquiatra que aprobó su cambio de sexo, con 19 años, tras haber tenido con él una única sesión en 2010. El psiquiatra concluyó que sufría disforia de género, considerándola apta para terapia con testosterona, aprobando una mastectomía doble, extirpación de útero y ovarios. Ahora, la joven ya no se identifica como hombre, y decide demandarlo por negligencia, alegando que no le recomendó buscar una segunda opinión. Es cierto que el psiquiatra debió hacer un seguimiento más completo, pero también lo es que, a veces, se toman decisiones importantes en la vida, que pueden acarrear consecuencias funestas, sin profundizar demasiado en las repercusiones.

La disforia de género consiste en tener sentimientos de angustia relacionados con la sensación de que el sexo de uno al nacer no coincide con el sentido interno de uno, sea masculino, femenino, mixto o neutro. Suecia y el Reino Unido han sido históricamente referentes en terapias de cambio de sexo, publicando estudios que avalaban los beneficios psiquiátricos de su uso. Sin embargo, parece que todo ha cambiado. En agosto de 2020, ambos países se retractaron de esas conclusiones reconociendo que no está demostrado tal beneficio. Es más, incluso se avergüenzan de ser pioneros y de haber tomado, demasiado a la ligera, cambios de sexo sin analizar exhaustivamente cada caso.

A su vez, han comprobado que personas trans tratadas hormonalmente tienen seis veces más probabilidades de tener depresión y ansiedad, y siete veces más probabilidades de tener conductas autolíticas, por lo que han prohibido bloqueadores hormonales en menores de 18 años. En nuestro país, el gobierno aprobó este verano la ley trans que permite cambiar de sexo a partir de los 16 (sin informe alguno), entre los 14 y 16 con consentimiento de los padres y entre 12 y 14 con autorización judicial. Eso sí, antes de los 12 no pueden cambiar de sexo, pero sí de nombre. Que cada uno extraiga su propia conclusión.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)

Suscríbete para seguir leyendo