LA FIRMA DEL DIRECTOR

El belén viviente de la crisis

Ángel Báez

Ángel Báez

A punto de cumplirse tres semanas de la visita de Pedro Sánchez a Castelló nada se sabe del anuncio que el presidente del Gobierno hizo sobre las «inminentes» ayudas que permitirán al sector del azulejo afrontar los sobrecostes energéticos. El misterio y la incertidumbre continúan pese a las inyecciones de dinero y créditos blandos que se han dado recientemente desde Generalitat, que son, en realidad, medidas paliativas, aunque no exentas de buena voluntad, a tenor del escaso margen que tiene una Administración tremendamente infrafinanciada como es la autonómica.

Este es el gran misterio en puertas de una navidad llena de regulaciones laborales a pie de fábrica, con paradas técnicas y generosos permisos vacacionales que ocultan un parón de un sector clave para la economía castellonense.

Y en medio de este misterio, el belén viviente que se nos dibuja este año: una estrella de bajo consumo con la que afrontar la escalada de precios energéticos, corderos a precio de oro, arroyos vacíos por falta de aluminio, pozos sin fondo, pastores en ERTE y ovejas descarriadas, magos sin googlemaps, Herodes influencer o barrabases en autogolpe. Es la teatralidad que rodea al pesebre de la crisis, donde engullen los populismos en medio de la escasez, un escenario propicio a irreverentes caganers, metáforas que hablan de molinos que nada muelen y campesinos autómatas con azada en ristre que ni siquiera saben arar.

Montado el belén y su misterio, ahora a esperar el Gordo de Navidad.

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