Opinión | La rúbrica

Yo no quiero su democracia podrida

¡Qué hartazgo! La situación política en España ha alcanzado un punto de ebullición sin parangón. Y con él, un clima de crispación y polarización irrespirables. El presidente Pedro Sánchez ha sido valiente en decir «basta», defender la democracia y abrir un melón a nivel nacional sobre el rumbo que está tomando nuestro país.

Yo lo tengo claro. Tenemos que levantar la voz en defensa de la democracia y la convivencia en nuestro país. El presidente se ha plantado ante la política de la violencia dialéctica y judicialización del poder ejecutivo que envenenan el debate público y dañan la convivencia.

Con las derechas radicalizadas, hemos sufrido desde hace años una escalada de insultos, ataques y señalamientos que ya no solo afecta a los políticos, sino también a nuestras familias. Es inaceptable que aquellos a quienes elegimos dar los mejor de nosotros para mejorar la vida de la gente nos convirtamos en objetivo de ataques y que nuestras familias sufran las consecuencias.

Pedro Sánchez ha sido valiente. Y nosotras y nosotros también lo seremos alzándonos contra los pirómanos de Feijóo, Abascal, Mazón, Barrachina y otros tantos para frenar sus ansias de derribar los cimientos de nuestra democracia a base de callar a la oposición, difamarla y destruirla a base de mentiras.

Ya basta de indignidad política. Ahora es el momento de unirnos en defensa de la política auténtica, la del debate y el diálogo constructivo, alejada de su odio e intolerancia. Solo así podremos restaurar la confianza en nuestras instituciones y democracia.