Tragedia en Malloca

La investigación apunta a que la terraza derrumbada en Playa de Palma era ilegal y fue sobrecargada

Un exceso de peso en la cubierta que se vino abajo el jueves por la tarde, de antigua construcción y donde ya se detectaron irregularidades, posible causa del siniestro 

Seis heridos siguen hospitalizados

Un bombero junto al edificio de Playa de Palma en el que se produjo el derrumbe.

Un bombero junto al edificio de Playa de Palma en el que se produjo el derrumbe.

Redacción

Las primeras investigaciones sobre el derrumbe del Medusa Beach Club en s’Arenal, donde murieron cuatro personas y otras 16 resultaron heridas anteanoche, apuntan a que la terraza desplomada era ilegal y que fue sobrecargada. El edificio, construido hace algo más de medio siglo, solo tenía actividad inicialmente en el bajo como restaurante, pero hace ahora unos 15 años la cubierta fue habilitada como terraza para ampliar el negocio. Cort detectó en 2013 importantes infracciones urbanísticas por obras que culminaron con tres expedientes sancionadores. Las pesquisas abiertas por el Ayuntamiento de Palma y la Policía Nacional tratan de esclarecer si las obras que se llevaron a cabo contaban con autorización y se si ajustaron a los permisos o fueron más allá. Los técnicos de Urbanismo están recopilando la información que será remitida después a la Policía para avanzar en la investigación y depurar posibles responsabilidades. Los especialistas llevaron a cabo ayer una inspección in situ entre las ruinas del edificio colapsado

Al margen de estas reformas, el Medusa Beach Club operaba con licencia de restaurante, según consta en los registros públicos, pese a lo cual ofrecía servicios de club de playa, como actuaciones musicales. El negocio ocupaba dos edificios diferentes en los números 34 y 35 de la calle Cartago y solo los bajos de ambos tienen uso comercial en el Catastro. Oficialmente, Cort no ha informado todavía de la situación legal del negocio. «Estamos mirando todos los expedientes. Si habido una reforma, y si tenía licencia o no, aparecerá en la documentación. Estamos examinando que todo esté en orden. Y si no lo está, determinaremos por qué», explicó el regidor de Urbanismo del Ayuntamiento, Óscar Fidalgo.

El Medusa Beach Club abrió en 2021 y es propiedad de un empresario austriaco, que ha tenido otros negocios de restauración en el mismo local desde 2018. Desde el entorno del dueño, Christian Arnsteiner, afirman que las licencias para el uso de la azotea estaban en vigor.

Respecto a las causas del derrumbe, los investigadores trabajan con la hipótesis de que la terraza que se vino abajo estaba sobrecargada. El jefe de los Bombers de Palma, Eder García, apuntó a una «causa combinada». Por un lado, «una estructura antigua» y por el otro un «sobrepeso» en la cubierta. «La bóveda que cedió era de marés y eso suele corresponder a estructuras antiguas», señaló García. La estructura que cedió es una especie de techumbre que en el momento del siniestro «se utilizaba como terraza». El jefe de bomberos destacó que había bastantes personas en la superficie que se hundió. «En una superficie de veinte metros cuadrados, encontramos veinte víctimas», precisó. La terraza que se hundió se llevó por delante en su caída el suelo de la planta baja del local y las ruinas acabaron en el sótano.

Las cuatro víctimas mortales del siniestro, una de las mayores tragedias de la historia reciente de Mallorca, están ya identificadas. Son una trabajadora del establecimiento española de 23 añosdos turistas alemanas de 20 y 30 años y otro cliente senegalés residente en Palma de 44 años

Otras 16 personas de entre 24 y 39 años fueran trasladadas tras el derrumbe a Son Espases, Son Llàtzer y varias clínicas privadas de Palma. Todas estaban ya fuera de peligro, según la información oficial. Diez de los afectados recibieron el alta en las horas siguientes y seis continuaban ingresados ayer por la tarde, dos de ellos con graves traumatismos. Fuentes policiales apuntaron que tras el derrumbe se contabilizaron otras nueve personas con lesiones, pero que acudieron por sus propios medios a centros sanitarios y no revestían gravedad.

El juzgado de instrucción número 9 de Palma, dirigido por el magistrado Enrique Morell, ha abierto ya diligencias sobre el derrumbe, ya que se encontraba de guardia cuando ocurrieron los hechos. La investigación se antoja larga y complicada, avanzan fuentes conocedoras de las pesquisas. La Policía Nacional está llevando a cabo diversas gestiones, pero son los técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma quienes deben recabar ahora toda la información sobre el estado del edificio, las obras que se han llevado a cabo y la vigencia de las licencias de actividades necesarias. 

La investigación sobre el derrumbe en el Medusa Beach Club, en la Playa de Palma, trata de aclarar si se llevaron a cabo obras ilegales en la terraza que se desplomó. Las primeras pesquisas apuntan a que la estructura del edificio no estaba preparada para soportar el peso de la primera planta, que había sido acondicionada como parte del restaurante y donde había una veintena de personas cuando se produjo el siniestro. Según las fuentes consultadas, el inmueble, situado el número 34 de la calle Cartago, fue sometido a una inspección en 2017 y posteriormente se llevaron a cabo diversas obras. Estas reformas están ahora siendo objeto de análisis por parte de los técnicos municipales para aclarar las causas del derrumbe, que ha dejado cuatro muertos y 16 heridos.

Técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma y agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo esta mañana una inspección en el edificio derrumbado. Las primeras pesquisas apuntan a una sobrecarga de la terraza situada en la primera planta, donde se habían instalado mesas, sillas y otros elementos. La estructura de la finca, construida en 1972, cedió el jueves por la tarde y se llevó por delante buena parte de la planta baja, hasta acabar en el sótano. Allí fueron rescatadas varias de las víctimas. Fuentes próximas a la investigación han confirmado que el inmueble pasó la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en 2017. Al año siguiente, en 2018, dos hermanos austriacos que se dedican al sector de la restauración constituyeron una sociedad y pusieron en marcha un restaurante mexicano, que luego reconvirtieron en el Medusa Beach Club, que abrió sus puertas en 2021. En el establecimiento se llevaron a cabo, después de la ITE de 2017, varias obras y reformas, la última el pasado invierno.

Son estas modificaciones las que están en el punto de mira de los investigadores. Las pesquisas se centran en determinar si contaban con los permisos necesarios y, en ese caso, si se ajustaron a las autorizaciones recibidas o se realizaron modificaciones mayores que puedan haber provocado el derrumbe.

La Policía Nacional está a la espera de que los técnicos municipales recaben toda la información y elaboren un informe para determinar si pueden existir responsabilidades penales.