Decenas de personas han querido estar presentes en la salida de la Mare de Déu de Gràcia de su ermita del Termet para, a hombros de sus portadores, trasladarse en la tradicional baixà hasta la iglesia arciprestal de Vila-real en el que es el acto que, de manera oficial, abre los festejos que celebra la ciudad en su honor y que se prolongarán hasta el 12 de septiembre.

Emotiva ha sido la salida del ermitorio y la subida de la imagen por las escalinatas que dan acceso a la plazoleta del Pastoret. Esta vez, y gracias a la relajación de las medidas anticovid, sí que es posible el recibimiento de la patrona frente al convento de los Carmelitas por parte de autoridades locales -encabezadas por el alcalde, José Benlloch- y festivas para, desde allí, dirigirse a la iglesia arciprestal, donde permanecerá hasta su regreso a su ermitorio del Termet dentro de 10 días.

Entre tanto, el primer templo local acoge el domingo la misa que se celebra en honor a la Mare de Déu de Gràcia, y a la que seguirá la primera procesión desde hace dos años aunque, esta vez, con un recorrido mucho menor que el habitual, como consecuencia de la pandemia, por el entorno de la arciprestal.