La que será la primera circunvalación de Vila-real, la ronda suroeste, se abrirá al tráfico en cuanto concluyan los últimos trabajos, previsiblemente a finales de febrero, sin la largamente reivindicada conexión a la N-340, la única opción que le daría una utilidad real y 100% efectiva a esta nueva vía.
Y es que el Ministerio de Fomento sigue sin mover ficha para llegar a un acuerdo con la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, con el fin de desbloquear un acuerdo que permita acometer una segunda fase para terminar la ronda, incluida la conexión con la N-340.
Así, por ahora, esta circunvalación que arranca en la glorieta construida en la carretera de Onda tiene su final en una gran rotonda habilitada en el cruce con el camino de Les Voltes. Un lugar en el que se aprecia su continuidad a través de un tramo de unos 20 metros que desemboca en un solar.
La situación de impás en las negociaciones entre el Gobierno central y la Generalitat se mantiene pese a que desde la Administración autonómica se ha anunciado que se han retomado los trabajos para finalizar, a finales de febrero, la ronda suroeste de Vila-real.
Una ejecución que arrastra ocho meses de retraso. Pese a ello, desde el consistorio valoran que haya sido el Consell presidido por Ximo Puig el que haga realidad esta circunvalación que entró y salió de los presupuestos de la Generalitat durante dos décadas.
