ECONOMÍA

La reacción de la patronal ante la huelga de 'collidors' en Castellón: acusa a los sindicatos de "castigar" a la citricultura valenciana

El comité de gestión tilda la actitud de UGT y CCOO de "irresponsable" e "incoherente"

Los collidors inician este martes una huelga indefinida.

Los collidors inician este martes una huelga indefinida. / GABRIEL UTIEL

R. D. M.

El Comité de Gestión de Cítricos (CGC)ha lamentado la actitud “irresponsable e incoherente” que han mantenido los sindicatos durante el corto proceso de negociación para la renovación del convenio de collidors de la Comunitat Valenciana y que ha derivado en la convocatoria, a partir de este martes, de una huelga indefinida. "Tras sólo cuatro reuniones efectivas y 10 horas de conversaciones, la mediación ejercida este lunes en el Tribunal de Arbitraje Laboral (TAL) sólo ha servido para constatar la distancia que aún existe entre las partes", explican desde el Comité. “Lo que para los sindicatos fue bueno hace sólo unas semanas en Andalucía, no lo es en el caso de la Comunitat Valenciana, que partía de una situación –la del actual convenio- mucho mejor que en los acuerdos suscritos recientemente para la recolección en el resto de zonas citrícolas del país”, ha señalado Inmaculada Sanfeliu, presidenta de la asociación del comercio privado que ostenta la mayoría en la representanción de la patronal, donde también está presente Cooperatives Agro-Alimentàries de la CV.

Según el Comité, y partiendo de los salarios brutos del actual convenio y sin considerar las mejoras puestas sobre la mesa por la patronal para los años venideros (de 2023 a 2026), el actual convenio de collidors resulta ser un 23,8% más generoso que el de Tarragona, un 26,6% más que el de Sevilla y un 27,6% más que el de Murcia. "O dicho de otro modo: la posición de UGT y CCOO está agravando el trato de favor que ya se venía dando con respecto a las citriculturas que más han crecido en los últimos tiempos y penaliza más si cabe a la valenciana que, a causa del minifundismo, tiene los costes de producción más altos del mundo", ha asegurado.

Sin comparación

Así, y siempre según el Comité de Gestión, el convenio de recolección de cítricos de la Comunitat no resiste comparación alguna con ningún otro hortofrutícola del país. "En primera instancia por su propia singularidad histórica (porque es el único en el que es el comercializador y no el propietario de la explotación, el que se hace cargo de la recolección) y en segunda porque partía ya antes de empezar las conversaciones para renovarlo de la posición más ventajosa para los trabajadores de todos los acuerdos hortofrutícolas del país". "Lo hacía no sólo en cuanto al salario bruto de partida, o los aumentos ahora ofertados para los cuatro años de vigencia, sino también gracias a las cláusulas de revisión salarial ofrecidas en función de la evolución del IPC", ha añadido. Y prosigue que ninguno de los tres convenios de referencia en el sector citrícola tienen tal cosa: ni el del campo de Sevilla (pactado hace pocas fechas por CCOO); ni el de Recolección de Cítricos de Murcia (suscrito en julio de 2021), ni menos aún el del Campo de Huelga, cuya negociación está paralizada y que sólo puede garantizar el SMI.

 El CGC tampoco entiende –"más allá de razones políticas y no laborales", argumenta- el "empecinamiento con el que los sindicatos se oponen a que las cuadrillas puedan ser llamadas de manera conjunta, arbitrando algún sistema para determinar el orden de llamamiento de las mismas (lo que obliga a los operadores a convocar uno a uno a cada trabajador). Tal modo de trabajar es ineficiente e incluso amenaza con provocar conflictos entre trabajadores de diferentes orígenes". “Las cuadrillas se organizan por sí solas, agrupadas en función de la nacionalidad de sus integrantes, con la misma cultura y lengua pues la mayoría son inmigrantes. Ellos se organizan, eligen sus miembros en función de cómo se acoplan los unos a los otros y para planificar cuestiones como el transporte hacia el campo. Defender otra cosa es no conocer cómo funciona este sector y cómo quieren trabajar los recolectores”, ha insistido Sanfeliu.

 En parecido sentido, la patronal del comercio privado cuestiona las razones del rechazo a plantear diferentes incrementos anuales en función de si el trabajo se realiza a destajo o a jornal. El CGC desmiente que exista una estadística para conocer el porcentaje de los campos que se recogen con la primera modalidad citada, aunque sí reconoce que son la mayor parte. "La opción de trabajar a destajo, con todo, depende de la situación del mercado y está ya acotada a que no concurran determinadas circunstancias. En todos estos casos se irá a jornal y sin tener en cuenta los rendimientos mínimos. Superando en algo tales rendimientos (marcados según variedades y que son relativamente sencillos de lograr) una cuadrilla ganará en la inmensa mayoría de ocasiones más dinero al finalizar la jornada. De ahí que considere que la postura sindical probablemente diferirá con la de los propios trabajadores, “que normalmente prefieren –con las limitaciones horarias ya reguladas para la jornada- la opción que les permita ganar más dinero durante el mismo tiempo", ha señalado Sanfeliu.

Citricultura valenciana vs andaluza y murciana

El comité ha recordado que la citricultura valenciana, lastrada por el minifundio, es la que más viene sufriendo el proceso de abandono de campos. Según el documento de ‘Diagnóstico del sector Citrícola Valenciano’ recientemente presentado en Les Corts Valencianes después de meses de estudios y comparecencias, en lo que llevamos de siglo, la producción citrícola española ha crecido un 15% con casi la misma superficie, por la mejora de los rendimientos. Este crecimiento se ha repartido de forma desigual entre las principales zonas productoras: la Comunitat ha perdido cerca de 34.000 ha, mientras que Andalucía ha aumentado 31.000 ha y la Región de Murcia lo ha hecho en 1.500 ha. Como resultado de este declive, la Comunitat ha pasado de concentrar el 80% de los cítricos en los 80, a representar hoy el 50% de la producción.  "Los sindicatos parece que pretendan castigar ahora al único factor más competitivo que mantiene la citricultura valenciana: al comercio, que es el que permite que el 70% de los cítricos comercializados en todo el país se confeccionen en los almacenes de la Comunitat”, ha advertido Sanfeliu.