La llegada de naranja foránea amarga el final de campaña al sector de Castellón

La naranja de Castellón factura en el exterior más de 700 millones de euros cada año, pero esta última campaña no ha dejado un buen sabor de boca a los exportadores. La drástica caída de la producción en la provincia, aunque sí se ha traducido en un aumento de los precios en el campo, ha provocado que la fruta foránea, sobre todo procedente de Egipto y Marruecos, tuviera el camino mucho más despejado, lo que ha acabado repercutiendo en el sector provincial. «La campaña hubiera podido ser buena, pero al final no lo ha sido por la caída de la producción», resume Jorge García, presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta de Castellón (Asociex).

La fruta foránea ha vuelto a inundar los lineales de los supermercados nacionales y europeos y, además, lo ha hecho con unas condiciones mucho más laxas que las que se exige a los exportadores de la provincia. Así ha vuelto a ponerlo de manifiesto el sector durante la celebración, este lunes, de la misa en honor a la Virgen de la Naranja en la basílica del Lledó y ha insistido en la necesidad de poner en marcha las llamadas cláusulas espejo. «Lo que reivindicamos es que lo mismo que se nos exige a nosotros, tanto en materia fitosanitaria como en condiciones laborales y salariales, se pida a todos los demás productores que venden en Europa», ha argumentado.

La competencia desleal de terceros países es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el sector citrícola en Castellón, pero no es el único. «Hay muchos retos por resolver y entre los más importantes destaca el minifundio, el abandono de las tierras o la falta de relevo generacional en el campo», ha enumerado el presidente de Asociex, quien advierte que en la provincia «cada vez hay menos tierras productivas y menos gente que entiende de cítricos» Y eso, directamente «repercute en la calidad de la fruta», describe al tiempo que insiste en la necesidad de abordar ya un cambio en las estructuras agrarias. «Sería una lástima que este paisaje verde que tenemos en la Plana desapareciera. Si lo hace se convertirá todo en un desierto».

Reflexión política

De la naranja y de su futuro habla también Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), que lanza un aviso a navegantes. «La falta de decisiones políticas ha provocado que España tenga un problema en materia agrícola y, además, la Comunitat Valenciana somos el farolillo rojo de Europa, tanto por campos abandonados como por un exceso de fauna salvaje o por la falta de relevo generacional», advierte. «El citricultor está en peligro y eso merece una reflexión de Estado y, desde luego, medidas políticas y económicas que consigan revertir la situación». Una medidas que, a su juicio, tienen que venir de la Generalitat, del Gobierno central y también de Europa.  

Aguado explicA asimismo que si los jóvenes dan la espalda al campo es por su falta de rentabilidad. «Si el agricultor no puede ganarse la vida dignamente, abandona los campos y empieza a haber tensiones en la cadena», diCE el presidente de AVA, que apeló a «un pacto» entre agricultores, comercios y la administración para negociar cómo ayudar al sector. 

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