Gitanos y payos de Castellón lloran juntos: Fallece el Tío Enrique, hombre de respeto y fundador de Punjab

“Tenía un corazón que no le cabía en el pecho”, afirma Noelia, directora de la Fundación, sobre Enrique Giménez, que trabajó como director de oficina de Caja de Ahorros Monte de Piedad

“Su principal lucha fue por la educación de los niños gitanos”, añade Amparo, amiga del difunto

Enrique Giménez Adell, todo un ejemplo en Castellón y un luchador por los derechos de su comunidad, el pueblo gitano. DEP.

Enrique Giménez Adell, todo un ejemplo en Castellón y un luchador por los derechos de su comunidad, el pueblo gitano. DEP. / MEDITERRÁNEO

Nació en Tortosa hace 87 años, pero llegó a Castellón siendo un niño y ha dejado una huella imborrable en la capital de la Plana y en toda la provincia. Hablamos de D. Enrique Giménez Adell, conocido como Tío Enrique, “todo un referente en la comunidad gitana, pero no solo en la comunidad gitana”, como recalca Noelia, directora de la Fundación Punjab que pretende desde 2002, año en el que la fundó el Tío Enrique, “tender puentes entre la comunidad gitana y los payos”.

La “obsesión” del Tío Enrique, según reconoce Amparo, amiga del fallecido, “era la educación de los niños gitanos. Lo veía como la mejor forma de inclusión social”. El propio Enrique Giménez fue un ejemplo de ello. Tras estudiar en su juventud comenzó a trabajar en la Lonja de la Cofradía de Pescadores del Grau de Castelló. Se dedicaba a pesar el pescado que llegaba del mar y al tiempo de desarrollar este empleo le llegó la oportunidad de entrar en un banco a trabajar. Lo hizo en la Caja de Ahorros Monte de Piedad, donde su profesionalidad le llegó a ser director de oficina. “Todos sus compañeros le recuerdan como lo que era; una gran persona, genio y figura”, recuerda hoy Noelia.

El Tío Enrique predicaba con el ejemplo. Defendía como decimos la educación como el mejor vehículo hacia la integración del colectivo gitano al que pertenecía y su hija Ana Giménez Adelantado, que le acompañó en sus muchos proyectos, llegó a doctorarse en Antropología y a ser profesora en la Universitat Jaume I de Sociología. Sus otros hijos, Ángel y Vicente –conocido como Tito-, también han tenido una trayectoria intachable y honrado a sus padres Angelita y Enrique.

Vídeo: Felicitación de Navidad de la Fundación Punjab protagonizada por Enrique Giménez

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No era un patriarca

Enrique Giménez no se consideraba un patriarca. “Es un término que emplean los payos, pero no los gitanos. A él no le gustaba”, recuerda Noelia. Era, eso sí, un hombre de respeto dentro de la comunidad gitana. “Era una de las personas mayores más respetadas en Castellón y cuando había un problema él y otros como él se juntaban para ver lo que se hacía. Si levantaba el teléfono todos se cuadraban”, añade Noelia, para la que Enrique “más que un jefe, era un segundo padre. Soy paya pero nunca trató con diferencia a los gitanos o a los que no lo eran; lo puedo decir porque lo viví así”. 

Amparo, amiga del difunto, incide en que “era una persona muy querida por todos y un ejemplo para los gitanos. No habrá nadie como él, con ese talante y esa personalidad, siempre luchando para que no marginen a los gitanos”. Tanto es así, que rememora una de las frases que más pronunciaba su mentor: “Decía que entre el día y la noche no hay pared, que significa que si quieres algo tienes que luchar por ello y lo conseguirás si te lo propones”.

El Tío Enrique “visibilizó y defendió la cultura gitana tanto como pudo”, y con este propósito fundó hace ya más de 20 años la Fundación Punjab que trabaja hoy a pleno rendimiento en Castelló. Su esposa, hermanos, hijos, nietos, sobrinos y demás familia y amigos lloran esta irreparable pérdida e invitan a quienes disfrutaron de su presencia a que estén presentes en su último adiós en la tarde de este martes a partir de las 16.30 horas en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen. Descanse en paz.

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