El aceite de Castellón, un producto inigualable

Nadie resulta ajeno estos días a los disparados precios que marca el aceite de oliva en los lineales de los supermercados alcanzando los 10 euros. El oro verde de estos establecimientos procede, en muchos casos, de otras provincias del territorio nacional, habiendo recorrido cientos de kilómetros hasta llegar a las estanterías de las tiendas. 

En cambio, mucho más cerca, Castellón atesora un aceite «único» e «inigualable», como coinciden en describir productores y agricultores, quienes optan por la modestia y eluden calificar este líquido como «el mejor» pese a su gran calidad.

"Ir a peor es imposible"

La cosecha ya está en marcha. Arranca con el precedente de los malos resultados de la anterior: «El año pasado fue catastrófico y perdimos el 90% de nuestra cosecha media histórica», apunta el director de la Cooperativa de Viver, Fernando Marco, quien asegura que aquella fue la recolección «peor en 35 años».

Partiendo de este punto de que «peor es imposible», calculan que recogerán 750.000 kilos de aceitunas entre sus socios del Alto Palancia, permitiendo así elaborar 125.000 litros de aceite. Datos que contrastan con los 104.607 kilos y los 15.963 litros contabilizados en la campaña previa.

Ahora bien, la situación no será del todo favorable. «La sequía ha hecho de las suyas y solo hay olivas de regadío», matiza el agricultor y socio de la cooperativa de Viver David Carot, que de su casa aportará alrededor de 25 toneladas de olivas para producir aceite made in Castellón.

La producción oleícola no es exclusiva de esta zona, pues también existe una importante tradición en el Maestrat. Muestra de ello es David Taus, de Traiguera, quien impulsó la firma Pobill Ecològics y también deja pie para el optimismo en la nueva campaña.

Calidad sobre cantidad

No obstante, David Taus se centra en la cuestión de la calidad, tanto de las olivas, que «están entrando muy buenas», como del oro verde que aquí se produce. «Castellón no es referente en el marco de la producción española en cuanto a cantidad», señala, matizando que en cambio «los aceites de Castellón con la variedad farga, por ejemplo, que es muy antigua y existen olivos milenarios tienen un gran atractivo al producir aceites diferentes y con características fisicoquímicas que hacen que sus valores organolépticos perduren mucho más en el tiempo», detalla Taus.

«Eso nos diferencia mucho de la arbequinitis y la piqualitis que invaden los mercados, aportando también en muchos casos la historia de una familia o de un territorio», añade el responsable de Pobill Ecològics.

En esta visión coincide el director de la Cooperativa de Viver: «Nos prohibimos la palabra mejor. Preferimos decir que tenemos un gran plantel de aceites singulares», arroja Fernando Marco, destacando variedades con las que trabajan ellos como la serrana del palancia. «La diversidad se plasma aquí con un aceite único que permite destacar en el panorama nacional», incide.

Dicha teoría, aparte de las declaraciones de los productores, la sustentan los premios que reconocen a aceites producidos en la provincia, conquistando a los paladares más premium con las variedades virgen extra más selectas. Incluso la Diputación de Castellón cuenta con sus propios galardones para distinguir los mejores productos de la zona. La alta calidad del oro verde sumado a su distinción está suponiendo incluso un empujón para los productores castellonenses: «Hemos entrado a muchos mercados por nuestras diferencias y la falta de aceite en otros lugares», afirma Taus.

Contra la especulación

Ahora bien, productores y agricultores no esquivan hoy en día el debate de los precios. Marco defiende que la Cooperativa de Viver huye «de la especulación y el regate a corto plazo» y recuerda que «después de la fiesta viene la gran resaca». Incluso se moja fijando el precio «justo» en el umbral de 5 a 6 euros por litro para el agricultor. «No es justo para el consumidor ni tampoco lo es que los agricultores reciban lo del año pasado», indica Carot.

Taus mientras pone el foco en la distribución: «Los productores ganamos lo mismo, pero son las grandes superficies las que tienen más beneficios», sostiene, alertando del alza de los costes para producir el oro verde de Castellón.

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