Los cercanías València-Castelló sufren las obras del tercer carril que ya duran 10 años

El «experimento" del tercer hilo se impuso en 2012 como alternativa «barata» a la plataforma de alta velocidad pero ha reducido la velocidad de los trenes y genera numerosos problemas

Visita a los primeros trabajos del tercer carril que impuso la ministra de Fomento, Ana Pastor, en 2014.

Visita a los primeros trabajos del tercer carril que impuso la ministra de Fomento, Ana Pastor, en 2014. / Miguel Ángel Montesinos

Laura Ballester

La adaptación del tramo València-Castelló del corredor mediterráneo al ancho europeo (1.435 mm) a través del tercer hilo o tercer carril instalado en las vías actuales de ancho ibérico (1.668 mm) cumple diez años en obras que aún se ejecutan. De hecho, un porcentaje destacado de las «averías» que se producen recurrentemente en la conexión entre València y Castelló están relacionadas con estas obras que siguen ejecutándose dos lustros después de que el Administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif), la empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes iniciara los trabamos. 

El primer contrato de obras de esta obra que se prolonga ya durante una década fue la renovación de vía entre Moncofa y Castelló que se licitó en noviembre de 2012 y se adjudicó en marzo de 2013. Aunque la ejecución real de los trabajos no comenzó, «oficialmente», hasta mediados de 2014. El 15 de diciembre de ese año la entonces ministra de Fomento e impulsora de este «experimento», Ana Pastor visitó las obras en Nules. El compromiso adquirido públicamente en 2012 cuando presentó la alternativa del tercer carril es que las obras del tercer hilo estarían acabadas «en 2015».  

Pero la realidad técnica se impuso y a finales de 2014, con todas las obras adjudicadas, las obras ni siquiera habían empezado en el resto de tramos del corredor mediterráneo. La excusa oficial que daba entonces Adif era que esta demora se debía a «ajustes técnicos», que no se llegaron a aclarar en ningún momento.

El conejillo de indias

Porque cabe recordar que el trayecto entre València y Castelló ha sido el conejillo de indias ferroviario. Hasta que comenzaron las obras del tercer hilo en 2014, éste solo se había instalado en los 21,7 kilómetros que comunican Tardienta y Huesca (inaugurados el 23 de diciembre de 2003) y entre el Puerto de Barcelona y el Nudo del Mollet, en 2010. Además, esta rótula central del corredor mediterráneo ha sufrido desde 2012 hasta cuatro cambios de diseño del tipo de vía a ejecutar entre València y Tarragona.

A parte de los vaivenes de diseño, la instalación del tercer carril ha sido de suma dificultad. Las principales complejidades técnicas han estado en los desvíos de vía (mucho más complejos para las vías con tres carriles y dos tipos de ancho y que limitan la velocidad de paso a 80 kilómetros por hora en línea recta y 60 km/h en curva). Pero también en los postes de catenaria (al haber dos anchos distintos el eje de vía se desplaza, por lo que todos los postes de catenaria se han cambiado) y también se han tenido que modificar los andenes, sobre todo para los trenes de viajeros en todo el trayecto. 

Diez años después, la situación es que el tercer carril está instalado entre València y Sagunt en la vía «del lado montaña» y de Sagunt a Castelló en la vía del lado mar. Actualmente se ejecutan obras en la estación de Sagunt. Y la previsión provisional es finalizar los trabajos en esta parte del corredor en 2024. Aunque después tiene que validar las obras la Agencia de Seguridad Ferroviaria. 

Además de la línea a Castelló, desde septiembre de 2021 también está en obras el tramo Silla-Pobla Llarga de la línea C-2 de Cercanías (con una inversión de 100 millones de euros). En septiembre también se iniciaron los trabajos de renovación de vía de Silla a Gandia (80 millones de euros). Los trabajos se ejecutan de noche para no afectar al tráfico diurno, algo que no siempre se puede evitar. 

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